Be positive man (sé positivo hombre). No hables mal del camellus. Porque sí te acuerdas del chiste ¿verda’?
Estaba un “harbano” árabe en el desierto vendiendo camellos, cuando alguien le dijo: “¿cuánto cuestas su camellus?” Y que contesta: “baratus, 5 mil dolarucos”
Que se sorprende el comprador y le dice “¿pero, por qué tan carus?”
“Es que este camellus es un genios, sabe hacer sumas y multiplicaciones, además cocina muy bien ¿A ver harbanus, cuál es tu desayuno favorito?”
“El french toast (pan tipo whaffles)”.
“Eso es lo que mejor le sale a este camellus”, le dijo el vendedor.
“Bueno, okey, se lo compro”.
Pos ya saben, al poquito tiempo el tipo se vuelve a encontrar al vendedor y le reclama muy enoja’o, como lo hacen aquí en la border:
“Oyes este camellus es muy tonto, no hace nada de lo que me dijiste, ni siquiera sabe hacer el desayuno”, por lo que le contestan “No hables mal del camellus, que no lo vas a poder vender”.
Acá en Reynosa como que pasa algo parecido con la campaña “Habla bien de Reynosa”.
Siguen proliferando los baches, la falta de iluminación y las calles lodosas. Aquí cercas en la colonia Rancho Grande, pasan los años y las calles siguen siendo un muladar, nunca se puso una red pluvial para desaguar las calles anegadas.
El municipio no tiene la culpa que la people (gente) sea bien cochinona y tire sus olotes por las ventanas de los camiones, sus botellas de Coca Cola en las calles y puentes peatonales, al fin y al cabo, que las recoja el Gobierno.
Y no se diga con este tiempo húmedo que no se acaba. Si viera a Rosa María tose y tose durmiendo sentada y pos ya se imaginan que yo estoy con los ojos pelones como lechuza sin poder pegar un sueñito.
Esta misma humedad, el chipi chipi que hace que las calles se llenen de lodo, si de por sí siempre hay tierrita en las calles, pos esto está de locos.
¿Por qué los dueños de casas y negocios no podrán sacar su escobita, para cuando salga el solecito y le den antes una buena barridita? Lo malo es que hay tantos locales vacíos que ni modo a quien hablarle para que barra.
¿Será cierto eso que dicen que los regios se están yendo de shopping (compras) a Laredo, quesque ya no soportan que los asalten cuando vienen pa´ acá? Esto me parece más bien una campaña publicitaria de la Casa Laredo que otra cosa.
Yo recuerdo que nuestras idas al otro lado con mi apá y amá eran a McAllen, pero también íbamos “enveces” a Laredo. McAllen siempre nos pareció más surtida de tiendas y más padre.
Volviendo a lo del camellus, en Reynosa hay cientos de maquiladoras que dan empleos a la gente de acá, como también de Veracruz y de San Luis.
Vivir aquí te da el chance de estar cercas de la border (frontera) y no sólo ir de shopping (compras) sino de la posibilida’ de hacer business (negocios) acá. Vivir en Reynosa, fuera del mal aspecto de la ciuda’, por más que la pinten, siempre verán tejabanes, car lots (lote de carros usados), locales abandona’os o desocupa’os, como en todas las fronteras de México.
Para quienes decidieron venir a trabajar o vivir acá, ya se habrán acostumbra’o a vivir sin tránsitos en las calles, sin inspectores de obras públicas que multen al neighbor (vecino) que dejó más de tres años su arenita en la vía pública, para su casa que nunca acabó de arreglar.
También sabemos que podemos caminar tranquilamente en las calles, sin eventos de balaceras. No se crean lo que dice Loret de Mola o los noticieros que las balas corren por todos lados en Tamaulipas. Puedes ir al cine, cenar tranquilamente o ir a un parque sin pensar que vives en Bagdad.
Todos los días veo chavos, hombres y señoras que trabajan todos los días haciendo fila en el puente internacional Reynosa-Hidalgo. ¿A poco creen que van al Lubys del mol? of course not! (por supuesto que no!) ellos trabajan en restaurantes, negocios, casas y fábricas. Muchos son legales, otro no, pero van todos los días pa’ juntar su dinerito en dólares que pos ahora les rinde como nunca.
Aquí en Reynosa tenemos Starbucks, tiendas HEB, Sams, Walmart, tres puentes internacionales, buenos restaurantes, hoteles y la verdad ‘semos’ güenos tratando a los turistas.
Por eso no nos queda de otra: No hables mal del camellus, hablemos bien de Reynosa.
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