Antes de su llegada a México, Barack Obama dio una gran noticia a su país, el gobierno estadounidense hará una fuerte inversión en una nueva red de trenes de alta velocidad. Es importante entender que la empresa Amtrak, empezó a funcionar en 1971 por un decreto firmado por Richard Nixon, con el que creó la Corporación Nacional de Trenes de Pasajeros, la cual en 2007 transportó a más de 25 millones de pasajeros y la que cubre 45 Estados de la Unión Americana. Para la población total de ese país los trenes en E.U. son un pobre sistema de transporte.
El sistema de trenes de carga del vecino país del norte es más fuerte que el de pasajeros, esto porque a nivel infraestructura de transporte, en los últimos años los estadounidenses le ha dado más importancia a la industria de aviación y a la automotriz, por lo que la inversión en aeropuertos y carreteras ha sido más grande. El desarrollo de la industria ferroviaria en ese país es más pobre todavía, si la comparamos con Europa y hasta con Japón; técnicamente no tienen una gran cobertura, su tecnología es vieja, usa máquinas diesel, y sus trenes no están interconectados, lo reconoció Obama y Biden hoy en su conferencia de prensa. Por eso, es de llamar la atención que quiera dar el gran salto a un proyecto de nuevas tecnologías; hablan de combustibles ecológicos, en lugar de energía eléctrica; pero, de todos modos, son buenas noticias, y explicó el porqué.
La historia y el crecimiento de América del Norte se fundamentó en el crecimiento de los trenes; a punta de colocar vías de tren, los colonizadores llegaron de costa a costa. Por ejemplo, San Louis Missouri, fue durante muchos años el centro ferroviario del país. Después de las guerras mundiales, el auge del tren se desplomó, América le apostó al coche y al avión, en el fondo se le apostó al petróleo. Hoy la grandiosa y vieja estación de trenes que fue el centro de los trenes en E.U. de St. Louis, es un centro comercial.
Este ejemplo desafortunadamente cundió en toda la región de Latinoamérica, en ningún país de la región las redes ferroviarias se han desarrollado, como efecto natural de economía del país vecino, en la región también se siguió el ejemplo. Hoy con el problema de los hidrocarburos, la ecología y la infraestructura carretera de alguna u otra manera saturada en espacio y problemas ecológicos, ya no da para más. Los ingleses vivieron esto, y los europeos le apostaron a un crecimiento equilibrado entre trenes, autos y aviones. La base del problema es que no tienen territorios tan grandes, no pueden tener tantos automóviles.
La noticia es buena, ya que una de las fórmulas eficientes y una de las grandes recomendaciones para desarrollar los países emergentes de nuestra región es la inversión en infraestructura, pero hasta ayer nadie había pensado en impulsar la red de infraestructura ferroviaria.
Ojalá de manera natural, empiecen a sembrarse proyectos que ayuden a desarrollar redes de trenes rápidos de pasajeros, que además se hagan pensando en interconectarse con las redes de transporte y metro en las ciudades, como lo están ciudades como París, Madrid y Londres, en donde tranquilamente los visitantes llegan a un aeropuerto y toman el tren o/y el metro hasta su casa u hotel. Esperemos que en nuestra región latinoamericana le apostemos a los trenes eléctricos que son más ecológicos.
Con este tipo de iniciativas además, se puede estimular el crecimiento económico y se puede reducir, de manera eficiente, uno de los grandes factores que ha sido una barrera natural para lograr la integración latinoamericana, las distancias entre países; la otra, la distancia en ideologías, es más un problema de voluntad.
Los países de la región debemos de tomar los grandes cambios y las iniciativas que está haciendo Obama, como puente para unirnos como región económica, por el principio natural de conformarnos como un bloque continental fuerte y así poder cuidar nuestros intereses comunes, no hay otro camino.
Mail: marco.herrera@grupopublic.com.mx
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