21 personas heridas en un ataque del crimen organizado en Nuevo Laredo y la afirmación del recién nombrado secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, en su visita a esa frontera, de que el gobierno trabaja para recuperar la tranquilidad, sólo nos infunde más miedo.
Sin importar la filiación política, cada gobierno federal en turno dice una cosa y hace otra.
En los tiempos de los priístas cada vez que el presidente o el secretario de Hacienda declaraban que no iba a haber devaluación del peso, los empresarios y todo aquel que tuviera un poco de dinero corrían a comprar dólares, ante la certeza de que caería el valor de nuestra moneda.
Hoy al leer lo que dice Blake Mora de que están trabajando en el regreso de la tranquilidad y que no dejarán que los delincuentes se apropien de los espacios públicos, constatamos día a día la falsedad de esas declaraciones.
Porque el gobierno de Felipe Calderón sigue sin dar pie con bola en el tema del combate al crimen organizado.
Afirman que están enfocados en que vuelva la paz, pero se hace todo lo contrario.
Las personas heridas en Nuevo Laredo, la violencia en Ciudad Juárez, el asesinato de 17 personas en Torreón, en menos de tres días hace que no creamos en lo que dicen las autoridades.
Además la vida diaria ha cambiado, la gente sale de sus casas con temor, hay quienes, los menos, mantienen una actitud positiva, pero la población en general está hambrienta de que retornen los días en que se podía andar por la calle sin miedo.
Los espacios públicos dejaron de pertenecernos ante la amenaza de enfrentamientos y violencia, en algunas ciudades el ambiente se ha vuelto pesado.
Sin embargo, no se debe dejar de señalar que pese al peligro, en Tamaulipas y en el resto del país son millones, sí millones, de personas que trabajan lícitamente, que aman a México y no quieren verlo hundido.
En Tamaulipas los padres y madres de familia se levantan todos los días a trabajar, para ellos no existe la más remota posibilidad de bajar la guardia, hay que seguir comiendo y atendiendo las necesidades familiares.
Ellos son los que mantienen a este país fuerte, siguen pagando impuestos para que Felipe Calderón destine cada vez más recursos a la lucha desorganizada contra un monstruo de mil cabezas que recibió alimento desde el propio gobierno.
Sin duda, lo único que salvará a este país, es el valor de su gente buena, la que confía en que este tiempo de tempestades pasará, temprano… o tarde.
BAJO LAS AGUAS
El río Bravo está recibiendo el agua liberada de las presas, y ahora las ciudades fronterizas están enfrentando el problema de que los canales pluviales y el drenaje sanitario están obstruidos.
Por lo tanto el agua se está regresando por las alcantarillas, Díaz Ordaz y Reynosa presentan colonias completamente inundadas, esto eleva el riesgo de enfermedades infectocontagiosas.
La evaluación final del daño del huracán tardará semanas, hay que ver cómo quedarán las vialidades, una vez que el río recupere su nivel.
Esperemos que el uso de los recursos donados y enviados por la federación se administre honestamente, no vaya a ser que algún funcionario vivillo se aproveche y no llegue el beneficio a los damnificados.
LA FRASE
“Hasta los agnósticos acabaremos convencidos de que Satanás ha escogido México para hacer turismo. La cifra de 25 mil asesinatos en tres años, muchos de ellos con huellas de mutilación y demorado sadismo, sólo la puede haber planeado él. En esa cultura de machos, no se limitan ajustar viriles cuentas entre ellos, sino que incluyen a niños, mujeres y viejos”, párrafo de la columna de Carlos Boyero, columnista de El País, publicada este domingo.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derroterotam
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