Pero qué necesidad
Para qué tanto problema
No hay como la libertad de ser, de estar, de ir
De amar, de hacer, de hablar
De andar así sin penas
Vi a Juan Gabriel cantar en un palenque en Monterrey, allá en los 80´s era un espectáculo y no dejaba de cantar hasta que la gente quería, ósea unas 2 horas como lo hacía Vicente Fernández.
Viene al caso en que pienso que este sábado 16 de diciembre la raza hizo ¡cuatro horas para cruzar el puente internacional Reynosa-Hidalgo! Entonces sí les digo: pero qué necesidad. Pues sí que la hay y mucha.
Para los miles de personas que cruzan la border, NO todo se van de shopping a La Plaza Mall, “munchos” van a la chamba. Piensen y en todos los niveles, desde las ‘ñoras y lo digo con mucha honra, a lavar casas, hasta 450 dólares por semana. Pos quien te los da de este lado, “naiden”.
Por eso les digo, que no todos van a la pulga a buscar rebajas pa’ juntar pa’ las Christmas, otros van a trabajar legalmente.
Hasta la Rosa María está haciendo cuenta de qué días me acompañará al mall, pero anda tan ocupada con sus presentaciones de Ecolosía, que ya ni me pela, ya hasta se volvió influencer, porque hace de esos videos cortos (reel) para sus seguidoras.
Lo que ocurre de la tardanza en el puente es que miles de personas no tienen SENTRI. Esa tarjeta que te ahorra horas de espera y vas muy acá, muy fifí como diría nuestro querido AMLO, pa’ pasar luego lueguito pa’ hacer lo que quieras allá, comerte una Whataburger (que ya les dije que la de Hidalgo no incluye el baño, porque le ponen candado), ir a Lubys a comer tu pescadito con macarrones and cheese, o simplemente nomás pa’ mirujear en el mall.
Entonces pienso qué haría yo con cuatro horas de espera. Y luego me sale que me puedo conectar a mi teléfono inteligente y ver un partido de futbol, o por qué no, ponerme al día con las novedades de La Mañanera de nuestro querido “Peje”, que de seguro saldrá con alguna novedad o le llevará la contra a alguna persona “aspiracionista”.
Le aplaudo la inauguración del primer tramo del Tren Maya y verán que será tan popular como el del Chepe, allá rumbo a Chihuahua. Un poco de tiempo y verán las bondades de este proyecto tan controvertido, pero a la vez tan necesario, porque unirá las poblaciones, impulsará el comercio y el turismo regional.
Volviendo al puente, la gente ya no se sufre como antes porque pasabas la frontera, pero te faltaban dos más para llegar a Monterrey y la sufridera nunca acababa.
Sobre las esperas, pos sí hacías algo así como una hora y media a veces, pero nunca hasta cuatro horas.
Vivir en la frontera tiene sus beneficios, porque puedes cruzar en la noche o muy tempranito, no vienes con el nervio de la carretera desde Monterrey, pagar casetas, más gasolina del trayecto.
Y si no me creen, todavía pueden darse la vuelta este fin de semana: nomás no se espanten cuando vean que la espera será muy tardada. Sean felices.