Político al fin y al cabo, el controversial ex vocero del mafioso Partido Verde, Arturo Escobar, se ha protegido mañosamente en organizaciones a modo para levantar su imagen y buscar que el Presidente Enrique Peña Nieto y su compadre Miguel Ángel Osorio Chong no hagan caso de las demandas en su contra y lo echen del cargo de Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación.
Mañoso como él solo y poniendo en práctica lo aprendido en el Partido Verde, al lado de Jorge Emilio González, este tipo se anda promocionando como un valor pagando a grupos que publican desplegados y hablan bien de él y de su trayectoria. Pero resulta que algunas de esas organizaciones para consiguió para su autoapoyo, están más quemadas que un tizón.
No le basta con estar entercado en quedarse en el puesto que le asignaron a lo “amigocho” tanto Peña Nieto como Osorio Chong ni le importa responder a las críticas de los que no lo quieren como subsecretario en la Segob. Nada de eso.
Para él es mejor salvar el “hueso” con triquiñuelas y componendas a las que se prestan aquellos que son como él y no les interesa el bien social sino la ganancia política o económica que pueda representarles estar del lado de este mañoso de marca.
Es más, muchos de esos grupos que firman desplegados no tienen nada que ver con la función para la se le designó a Escobar en la Segob, y otros pequeños organismos estatales no pesan nada frente a aquellos organismos sociales de gran prestigio que están exigiendo su salida y condicionan la aprobación de su exigencia a seguir siendo parte de la farsa oficial, por capricho del propio Escobar que no quiere renunciar y de los dos que lo pusieron ahí.
Rechazado de inmediato, a más no poder, por numerosas organizaciones sociales, este político mañoso ha tenido el descaro de declarar que se irá hasta que lo decida Peña Nieto. “Voy a permanecer aquí hasta que el Presidente de la República me sostenga”. Y presume que fue invitado a tal puesto por el mero mero, además de que afirma que su nombramiento no afecta la credibilidad de la subsecretaría que encabeza y del programa de prevención.
Creemos que difícilmente durará un mes jactándose de sus ínfulas y palancas para aferrarse al cargo, pues el horno no está para bollos y no es posible que Peña Nieto y Osorio Chong se echen este trompo a la uña después de la mala imagen que los sigue persiguiendo por la fuga del “Chapo” Guzmán del penal de Almoloya y el acoso de los que reclaman la aparición de los 43 normalistas desparecidos de Ayotzinapa.
Lo mejor es sacudirse a este político mañoso del Partido Verde y aunque le hayan prometido el nombramiento como premio por sus artes de mago en el pasado proceso electoral, les conviene más hacerlo a un lado ante la presión de sus malquerientes, pues de otro modo habrá resistencia a trabajar en un programa de vital importancia para el Estado.
La mejor forma de colaborar es renunciar o que lo boten por su incapacidad para un cargo de esta naturaleza. “Mucho ayuda el que no estorba”, dice un refrán y Escobar debe aplicárselo a sí mismo con toda humildad. Para los que lo tachan de incompetente hay una ristra de razones para solicitar su salida, pues uno de los más fervientes promotores de la pena de muerte, además de que lo tachan de tener antecedentes que lo asocian con posibles delitos y la reciente campaña del Partido Verde que ameritó más de 500 millones de pesos por multas.
Los activistas que lo descalifican no van a bajar la guardia. Entonces lo mejor es llegar a una solución concertada y el gobierno federal no debe hacerse oídos sordos. O que se atenga a las consecuencias en lo fundamental de este programa para el que se nombró a un político muy mañoso.
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