Pero no un pobre presidente.
Hay personas en el mundo que rompen esquemas y tienen la oportunidad de recomenzar.
Así es la vida del presidente de Uruguay José Mujica, en una entrevista realizada por el periódico estadounidense The New York Times, muestra cómo este país es gobernado por un hombre que dirigió el movimiento guerrillero Tupamaros, estuvo 14 años en la cárcel y hoy dirige el país desde su casa donde cultiva crisantemos que vende en el mercado local de Montevideo.
¿Qué hace a este hombre diferente del resto de los mandatarios del mundo?
Su forma sencilla de vivir, para acabar pronto, él decidió vender la casa presidencial por considerar que era inútil tener una propiedad tan costosa.
Su sueldo como presidente es donado para la construcción de viviendas para la gente necesitada y sobrevive, él junto con su esposa quien es senadora y ex guerrillera también, con 800 dólares al mes.
Y, vea, su cuerpo de seguridad lo constituyen dos policías, nada más.
¿No le parece una historia absolutamente diferente?
En un país como México donde los dirigentes de partidos, los integrantes del Congreso, las altas esferas políticas y empresariales se dan vida de súper ricos, que harían avergonzarse; a quienes tuvieran vergüenza, de que más de la mitad de la población mexicana viva en la miseria, mientras ellas y ellos acaparan los recursos públicos, suena a cuento de hadas que exista en Latinoamérica un hombre que decida hacer la diferencia.
José Mujica, durante su encarcelamiento en ocasiones fue recluido en un hoyo, donde las ratas eran su compañía. Dice que su experiencia como guerrillero lo preparó para entrar a la política, alcanzando la presidencia en el 2010.
En un país de 3.3 millones de habitantes, las condiciones de vida para ellos son mejores que en otros países del mundo.
Este tema resulta adecuado para hacer comparaciones sobre la vida que se dan los gobernantes mexicanos en relación a lo que sucede con el presidente uruguayo.
No es necesario redundar en la forma de actuar de Enrique Peña Nieto, quien a las primeras de cambio se va de vacaciones a un lugar exclusivo en Nayarit, aunque haya una tragedia sin resolver en el país, hay personas que comparan este comportamiento con lo que hizo Dilma Rousseff en Brasil, al saber de la sucedido en una discoteca donde hubo cientos muertos se regresó de inmediato a su país, porque se encontraba en una reunión de mandatarios en el extranjero.
O la forma de actuar de Barack Obama cuando ocurrió el atentado contra los niños de kínder. Él se quedó en Newtown tratando de hacer más llevadera la tragedia a las víctimas y sus familias.
Siempre es bueno ver para otros lados y comparar la forma de actuar de los gobernantes.
Está claro que en México hay mucho por hacer para tener gobernantes conscientes de sus responsabilidades.
Y está claro que Enrique Peña Nieto, comparado con José Mujica es un pobre presidente.
Si quiere leer la entrevista completa, esta es la liga electrónica.
http://www.nytimes.com/2013/01/05/world/americas/after-years-in-solitary-an-austere-life-as-uruguays-president.html?pagewanted=1&_r=0&ref=americas
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
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