Inmerso en sus batallas tratando de recuperar el poder central, este partido tiene sólo figuras que se han ido desgastando con el tiempo, porque no se trabajó en impulsar a nuevos protagonistas.
En Tamaulipas pese a los intentos de ex gobernadores de crear cuadros nuevos con gente que diera resultado en las urnas, perdieron tiempo y esfuerzo porque no fructificaron y no se les ve en puestos que les permitan la cercanía con los votantes, de ahí que en esta selección de candidatos a la diputación federal alcen la mano gente como Francisco Rábago Castillo, quien tiene una trayectoria dentro del priísmo, pero no es el candidato que los tampiqueños están esperando.
Al PRI estatal le ganó su visión estrecha y los intereses personales del grupo en el poder. Desconocedores de la política creyeron que el dinero basta por sí solo para ganar posiciones políticas, ahora con el tiempo encima para definir candidaturas, al PRI en Tamaulipas le tiembla la mano para elegir a los ocho candidatos que lo representarán en la Cámara de Diputados.
Si lo que quieren es ganar las 8 de 8, número que significa eternidad, les auguramos que el objetivo será muy difícil de alcanzar porque no tienen candidatos de altura, y no los tienen porque no se prepararon para estas elecciones federales intermedias, no hubo estrategia.
Se creyó que las figuras recién estrenadas en la política estatal crecerían a tal punto que pudieran pelear una candidatura, pero no sucedió así, se quedaron pequeños, haciendo política chicharronera, el evento del sábado pasado fue una muestra de ello.
La elección de este 2009 tiene la ingerencia del PRI central y de los grupos de poder, no hay autonomía para que el gobernador y el PRI estatal decida quiénes serán los candidatos.
Y no la hay precisamente porque el PRI de Beatriz Paredes quiere aspirantes ganadores, porque de acuerdo a las encuestas hay posibilidades de ganar la mayoría en a Cámara y esta oportunidad no la van a desaprovechar apoyando a figuras que no aseguren el triunfo en Tamaulipas.
No quieren que se repita lo ocurrido en la elección del 2006 donde el PAN le dió hasta con la cubeta.
Por ello sale Rábago a la palestra pidiendo ser registrado como precandidato, pero lo hizo porque alguien se lo ordenó, él no se manda solo y ocurre su autodestape unas horas después de que Beatriz Paredes estuvo en Tamaulipas dándole formalidad a una toma de protesta muy hecha, donde no hubo consenso, sólo imposición.
Pero no crea amable lector que esa situación es un mal que sólo aqueja al PRI, el resto de los partidos políticos traen un panorama mucho más desolador, es más, están esperando a que los priístas digan quiénes van, pero ellos aprestarse a recoger las migajas que caigan, a ver si alguno de los despreciados por el tricolor, les hace ganar una diputación.
Como van las cosas, creemos que los candidatos serán priístas ya muy vistos, con experiencia en el manejo de campañas, no habrá incursión de nuevas caras, a excepción de Rodolfo Torre, que es cercano al gobernador, el resto serán figuras con conexiones a nivel central y probados en elecciones anteriores, o con una estructura como los maestros para apoyar a Arnulfo Rodríguez en el distrito de Mante.
El triunfo de esos candidatos dependerá en gran medida del apoyo que reciban de los alcaldes de sus distritos, como se los advirtió Paredes Rangel.
Y si hay munícipes que no estén de acuerdo con la elección del candidato o candidata habrá serios problemas para sacar el triunfo.
La situación para el PRI en Tamaulipas no será sencilla, y más si se toma en cuenta que para el mes de julio del año entrante habrá gobernador electo.
El tiempo se termina y la tarea no se realizó, por eso andan a las carreras tratando de empatar los intereses centrales con los estatales.
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