Se aproximaba la primavera de 1998. Reynosa ya estaba caliente –como de costumbre- por los intensos rayos solares. No por lo otro; esta plaza, como la mayoría de la entidad se pone peligrosa a partir del 2009, pero esa es otra historia.
Por aquellos días la gallera andaba alborotada en la entidad. El priismo de hace 25 años era aún el del carro completo y, según, ya “auscultaba las bases” para elegir al bueno, quien sería el inminente sucesor de Manuel Cavazos Lerma. Grillaban a todo pulmón el senador Hugo Andrés Araujo de la Torre, Marco Antonio Bernal, Oscar Luebbert y Tomás Yarrington.
El dólar se compraba a 8.45 pesos y se vendía en las casas de cambio a 8.75. Los japoneses y otros extranjeros invertían en esta frontera que gobernaba Luebbert Gutiérrez, mientras Cavazos Lerma, temeroso de que saliera un Monreal como el de Zacatecas de entre el rebaño tricolor tamaulipeco, instaba a todo aspirante a cargo de elección popular a firmar una “cláusula de lealtad”, para cerrar filas, pasara lo que pasara.
A la vista estaban los comicios de octubre del 98.
Los Broncos perdían más juegos de los que ganaban, pero a veces dejaban contentos a sus fieles seguidores, digamos que de 10, ganaban 4 y perdían 6, pero emocionaban.
En el teatro Diana triunfaba “la Señora Presidenta” con Gonzalo Vega; Entre Mujeres… y los fines de semana los niños y chavos disfrutaban a Dragon Ball Z.
México estaba enrarecido. Cuatro años atrás había estallado la guerrilla del EZLN; en el México bárbaro habían asesinado a Luis Donaldo Colosio y a José Francisco Ruiz Massieu.
El país buscaba resolver la crisis de paz y el entonces presidente Ernesto Zedillo, que tenía una sana distancia del PRI que lo llevó al poder, recién había cesado al secretario de Gobernación Emilio Chuyafett.
El estado cargaba con la responsabilidad de la masacre de Acteal, que dejó unas 45 personas asesinadas por un grupo paramilitar de uso 60 sujetos, quienes acribillaron, incluso por la espalda, a niños, mujeres, algunas embarazadas y hombres de diversas edades que oraban en una ermita de Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó. Chuayffet pagó con su cese la barbarie, pero no fue a juicio.
Algunas notas de por aquellos días rezaban: Encuentran 82 indocumentados en doble fondo de tráiler de carga/ Washington envía mil soldados a la frontera (por el problema migratiorio) / Vinculan a Raúl Salinas de Gortari con narcos/ México, sexto lugar en corrupción (de 52 países)/ Celebra PRI 69 aniversario/ Penales de Tamaulipas , primer lugar en fugas/ Aguda crisis en proceso de paz/ Si pierde el PRI las elecciones en el 2000, pierde México: Zedillo.
Les recuerdo, era el umbral de la primavera de 1998.
En la Arena Coliseo de Reynosa el cartel anunciaba en la lucha estelar a: Atlantis, Parka y Súper Porky v.s. El Yuma, Máscara Año 200 y Halcón de Oro, mientras que en la Arena Juba, Mil Máscaras, Tinieblas Jr. Y el Zorro se enfrentarían a Dandy, Pantera del Ring y The Panther.
En el box, en el Auditorio Reynosa (cerca de la Plaza de Toros) los combates entre Toro Vicencio y J.L. Bedolla, así como el de Rocky Montoya y Pancho Dueñas despertaban expectación. Mientras que en la Plaza Monumental se harían los honores a 6 Matancillas, siendo Alfredo Gómez, José Daniel y Alberto Espinosa “El Cuate” los principales toreros.
Los editorialistas de la época, Carlos Ramírez, Miguel Ángel Grandos Chapa y hasta Armando Fuentes Aguirre hablaban de las posibilidades de que la oposición de derecha ganará las elección presidenciales que serían dentro de dos años.
Andrés Manuel López Obrador dirigía entonces el PRD, que alistaba la tercer candidatura consecutiva del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia del país. No se ría, pero por aquellos días Layda Sansores, senadora, ex candidata al gobierno de Campeche, denunciaba espionaje por parte del entonces gobernador campechano Antonio González Curi. Todo indicaba que era cierta la versión de la entonces perredista.
En los multicinemas de Reynosa y en los Cinemark las películas del momento eran: Titanic, Justicia Roja, con Richard Gere; Se lo que Hicieron el Verano Pasado y Tierra de Policías. El súper Blanquita ofrecías en sus ofertas: tomate saldet 2.30 pesos, aguacate hass 7.40, papa blanca 5.70, cebolla amarilla 6.90, plátano tabasco 4.35, mientras la pierna y muslo de pollo estaba a 9.95 y el litro de aceite en 9.70.
Por aquellos días el Gran premier del Hotel Mirage ofrecía el buffete desayuno en 35 pesos y en 45 el de comida. En la Terraza San José se anunciaba con bombo y platillos a Los Reyes Locos, para bailar hasta el amanacer y “El monstruo del ragge, Big Boy” estaba anunciado en la Plaza Las Américas, en vivo y a todo color.
Así estaba Reynosa por aquellos días, con todo eso, y ávida de un nuevo periodismo.
Heriberto Deándar Robinson, entonces un joven empresario del periodismo tenía un plan bien armado y decidió lanzarse al mercado, con el nuevo concepto de periodismo de investigación en ejemplar tabloide y gratuito.
Vanguardista, al fin, innovó en el periodismo norestense, haciendo eco a nivel regional y nacional.
En el surgimiento sumó al periodista Héctor Hugo Jiménez y a un gran equipo de jóvenes que hoy a la vuelta de los años, hemos madurado, porque amablemente fui invitado al equipo al que siempre he pertenecido, este o no forma presencial.
De aquella primavera del 98 a esta que está por llegar del 2023 han pasado infinidad de sucesos. Hora Cero ha desenmascarado a políticos corruptos, ha incidido y presionado en actos de justicia, ha investigado y descubierto infinidad de tropelías, ha escrito infinidad de historias y ha acompañado a los reynosenses, tamaulipecos y neoloneses y gente del Valle de Texas en las crónicas de sus entornos.
Hora Cero ha hecho historia y la sigue haciendo.