Y en el tema de la pena de muerte el PRI le ganó la delantera a los panistas y se subió a la polémica encabezada por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira cuando los comentaristas capitalinos empezaron a hacer sondeos entre la población y se encontraron con la aprobación de los encuestados para aplicar la pena máxima a secuestradores que asesinan o mutilan a sus víctimas.
Viendo la respuesta de la ciudadanía a favor de la pena de muerte los priistas que primero se habían pronunciado en contra, decidieron cambiar la postura y en voz de sus líderes dieron una salida más manejable al decir que se debe tomar el pulso al país en este tema realizando una consulta nacional.
Pues bien, los perredistas ya acusaron a los priistas de usar el tema de la pena de muerte para promoverse con miras a las elecciones federales.
Los panistas se quedaron como el chinito nada más viendo, porque resulta que sus principios religiosos les prohíben aprobar la pena de muerte y por ello se había eliminado de la Constitución la pena máxima apenas en 2004, después de que tenía prácticamente desde la elaboración de la Carta Magna esa sanción definitiva para traidores a la patria y secuestradores.
Ahora uno de los argumentos para no aceptar la discusión del tema es que México en los foros internacionales es defensor de la vida y se vería muy mal votando a favor de la pena de muerte.
Este punto, desde nuestra óptica no tiene peso, cuando se trata de preservar la seguridad y la vida de la mayoría de la población, que en nuestro país ahora está tan desgastada.
Por ello, los demás países conociendo lo que estamos viviendo aquí con tantas muertes de personas inocentes, así como el secuestro y asesinato de toda clase de gente, incluyendo niños, creemos que no habrá nación alguna que critique la aprobación de esta medida radical.
Otra de las críticas es que considerando el endeble aparato de justicia con que contamos en el país se puede prestar a cometer injusticias y aplicar la pena de muerte a inocentes.
Este argumento pierde fuerza si se toma en cuenta que en México ya se está aprobando los juicios orales, las leyes están siendo modificadas para asegurar la aplicación de la justicia y obviamente para determinar que alguien se hace acreedor a la pena máxima se tendrá que llevar a cabo una investigación exhaustiva, se tomará en cuenta diversos aspectos para justificar una medida de este tipo.
En pocas palabras, no se aplicará la pena de muerte a cualquier persona.
Por ello es mejor discutir el tema y que la ciudadanía, que tiene derecho a defender su punto de vista, lo exponga de manera libre, algo similar a lo que sucedió con la consulta para la reforma de Petróleos Mexicanos.
Y viendo los estragos que ha dejado la ola de delincuencia en miles de hogares de este país, habrá seguro una postura mucho más favorable a aplicar la pena de muerte en los casos donde las víctimas están indefensas ante sus captores y asesinos.
En México se ha llegado a tal grado de barbarie que cualquier persona está expuesta a ser secuestrada y asesinada y como van las cosas no hay poder humano que resuelva esos delitos, todo está muy revuelto.
Hemos visto como se han entrampado las investigaciones en muchos casos sonados a nivel nacional, donde pese a que se aprehendió a los presuntos responsables no se castiga a los culpables.
Tal vez aprobar esa medida radical inhiba los crímenes tan deleznables como el del niño Fernando Martí. La pena de muerte puede convertirse en una buena medida preventiva para que el índice de estos crímenes se reduzca.
Mientras, que los priistas y los del Verde Ecologista, se unan a Humberto Moreira para poner el tema en el tapete de las discusiones y que sea la ciudadanía la que resuelva.
Discussion about this post