En los últimos días he estado escuchando información de diferentes fuentes acerca del manejo del ayuntamiento de Reynosa que encabeza la panista Maki Ortíz.
Veamos, un regidor de diferente partido al blanquiazul explica que la alcaldesa empezó su gestión ignorando a los miembros del cabildo, algo que obligó a hablar con ella y decirle literalmente: no se manda sola.
Ante el reclamo la panista accedió a trabajar en conjunto pero las diferencias continúan porque al parecer pretende dirigir en solitario la ciudad, lo cual contraviene las funciones y responsabilidades que le corresponden a los integrantes del cabildo donde están representadas las fuerzas políticas e incluso las independientes porque tiene dos regidores sin siglas.
Maki cuenta con un cabildo dividido porque los síndicos y regidores le fueron impuestos por Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el PAN, eso ha ocasionado que se mantenga a la defensiva en lugar de integrar a quienes no pertenecen a Acción Nacional a trabajar junto con ella.
Las destituciones de funcionarios que ella había elegido eleva la rispidez en su administración.
Ser una opositora dentro del PAN del actual mandatario tamaulipeco coloca a Maki en una posición de desventaja que se hizo evidente, así deja entrever que sus compañeros los diputados José María Moreno Ibarra y Ángel Romero Garza Rodríguez, se atrevan a señalar públicamente a la presidenta municipal que el uso de las redes sociales como Facebook no es el medio autorizado para solicitar una declaración de emergencia para esa frontera debido a las lluvias.
Ambos legisladores blanquiazules consideraron que debió de usar los medios convencionales para pedirle al mandatario estatal el apoyo que requiere y abundaron, según indican en una nota del periódico Milenio, que la emergencia no era para tanto porque Reynosa ha tenido días de lluvias más abundantes y no se requirió declararla.
Y el día de ayer circuló la versión entre periodistas que una funcionaria de Comapa Reynosa había golpeado a una chica que labora en esa dependencia, quien hizo una denuncia formal contra la empleada, que fue nombrada recientemente por la propia Maki para ocupar la coordinación de Recursos Humanos dentro del organismo descentralizado.
Todos esos detalles juntos hablan de dificultades, por un lado Maki Ortíz nunca se ha caracterizado por ser una mujer de carácter débil y lo ha demostrado en diversas ocasiones.
Su distanciamiento con García Cabeza de Vaca data de hace muchos años, quien se atrevió a expresarse de manera displicente diciendo que él la haría senadora cuando andaban en campaña por este cargo y que finalmente ganaron.
Se observa una actitud misógina hacia la alcaldesa quien tiene ante sí un gran reto, lograr gobernar Reynosa y dejar satisfechos a los reynosenses que votaron por ella.
Algo indiscutible es que la mujer gana elecciones, puede sacar adelante un proyecto político, conoce la administración desde dentro y aún en condiciones de desventaja por su salud, en su momento supo sobreponerse y sacar adelante la responsabilidad.
Maki es una alcaldesa menos conocida que Leticia Salazar, goza de menos penetración popular, tiene que aceptarlo, que su contrincante dentro del PAN, García Cabeza de Vaca, pero este cargo que ahora ocupa le requiere todo su esfuerzo, convencer a quien tenga que convencer para que a Reynosa le asignen recursos porque es una de las ciudades con más crecimiento del país y eso necesita mucho apoyo.
¿Qué pasa con Maki, entonces?
Que le tocó bailar con la más fea, tendrá que encontrar la forma de entenderse con su compañero de partido quien encabeza al estado, será una tarea difícil porque ambos tienen un carácter complicado, pero los reynosenses bien valen una tregua de dos años en sus diferencias personales y de partido, mientras llega la reelección.
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