En el país los resultados de la elección federal dejaron a Felipe Calderón muy debilitado ante una opinión pública dirigida que una vez más decidió exponer en las urnas la inconformidad, votando o absteniéndose.
El PRI supo capitalizar este factor y ahora sí, como diría el derrotado Germán Martínez, sacaron raja política de los desaciertos presidenciales y del PAN, porque no atribuyamos sólo a los priistas el logro de que se hayan posicionado como primera fuerza en el Congreso.
Veamos, nueve años, en nueve años Acción Nacional subió al cielo y cayó.
Hace tres años el triunfo fue atronador, en Tamaulipas dieron la sorpresa y se quedaron con la mayoría de las diputaciones federales y las senadurías.
Tres años más tarde el panorama se fue al extremo y es que a Felipe le pasó lo mismo que a Fox, nunca se asumió como presidente de todos los mexicanos, siguieron en campaña a favor de su partido político, pero esta vez no hubo perdón.
Y los priistas que suelen ser muy rencorosos, van a cobrarse las afrentas, como el spot de ¿vas a dejar al país en manos de la delincuencia?
Eso es lo que preocupa, que no hayan aprendido la lección y se mantengan con el mismo comportamiento que tenían antes de 2000 y otra vez sea la ciudadanía la que no vea una respuesta a sus demandas, porque será muy decepcionante que un cambio de partido no implique un golpe de timón en el manejo del país y se continúe favoreciendo a los mismos de siempre.
Por otro lado, es posible que los priistas, quienes ya se ven habitando Los Pinos otra vez, decidan a través del Congreso preparar su llegada con negociaciones en temas torales como es el energético y el electoral, para facilitarse las cosas si ganan en 2012.
Pero es conveniente que todos los partidos, pese a lo que digan los dirigentes, reconozcan que hay una ciudadanía participativa, que hace variar los resultados electorales, aún cuando le metan dinero del erario los gobiernos federal, estatal y municipal, la gente ya no responde en automático, ha aprendido a aceptar lo que le dan, pero no suelta su voto tan fácilmente.
Vean lo que pasó en Sonora, donde Eduardo Bours seguro aplicó recursos extras para que el PRI ganara, pero el asunto de la guardería llevó al PAN al triunfo.
Pero si el tema de la guardería afectó al priista, ese mismo asunto repercutió en Felipe y en su administración, los negocios de su familia política al amparo del IMSS y de Sedesol perjudicaron a su partido en las urnas.
En cuanto a Tamaulipas el 8 de 8 que tanto pregonó Ricardo Gamundi permite a Eugenio la holgura para dar manotazos si alguien del centro quiere meter mano en la designación de candidatos el año entrante.
El resultado pudiera llenar de soberbia a los funcionarios estatales, pero más les valdría mantenerse ecuánimes, porque viene otra elección, ahora sí la buena.
Y saltarán chispas, no hay que descuidarse porque puede surgir el escándalo que haga que la ciudadanía despierte del letargo.
Y por lo pronto ya hay quien ve a Gamundi como alcalde de Reynosa, por lo menos, dicen.
PLACEÁNDOSE
En la ceremonia de Honores a la Bandera, los secretarios apapachaban a Eugenio, sonrientes ya se ven repitiendo el sexenio próximo en cargos de primer nivel, ellos como Felipe Calderón se equivocan, no se han dado cuenta que Ciudad Victoria no es Tamaulipas. Por lo pronto Arturo Díez, alcalde victorense acompaña hoy a Eugenio en una gira por Reynosa, nos preguntamos, ¿lo andará placeando?
Y LAS PLURIS
¿Alcanzarán dos mujeres tamaulipecas una curul mediante esta vía?
Hay que esperar a mañana miércoles, cuando termine el conteo de votos para saber si Mercedes del Carmen Guillén, priista, alcanzó un escaño en la 61 legislatura y Leticia Salazar, panista, logró también colarse.
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