El día que se inauguró el Empire State en la Quinta Avenida de Nueva York, el mundo se llenó de asombro. Fue el 30 de abril de 1931. Desde esa fecha fue una de las edificaciones más icónicas de la Gran Manzana y, hasta 1972, la más alta del mundo, porque en 1973 el World Trade Center rebasó sus 381 metros hasta que las torres fueron derrumbadas por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
También en Nueva York hoy se levanta el 432 Park Avenue, con 425 metros y cuya inauguración acaba de tener lugar como acto de relumbrón de la ingeniería y arquitectura en este 2015. Y para congraciarse con los familiares de quienes murieron en ese sitio emblemático del capitalismo, las autoridades les están regalando las entradas para que pongan sus ojos en el horizonte de la gran ciudad y se emocionen viendo a través de cristales especiales hacia la profundidad del abismo como si estuvieran en una pecera.
Obviamente antes de este portento de enorme altura, lucieron su belleza la Torre Sears (hoy Torre Willis) en Chicago con sus 443 metros y las Torres Petronas en Malasia con sus 452.
Luego los ojos humanos se llenaron de asombro cuando los edificios superaron los 500 metros: el Taipei 101, en Taiwan, con 508 metros y el lujoso One World Trade Center de Nueva York con 527 metros, a un costo de tres mil 900 millones de dólares y que abrió sus puertas al público en noviembre de 2014.
Sin embargo, hoy por hoy los rascacielos más altos son el Burj Jalifa en Dubai cuyos 828 metros desafiaron a la arquitectura moderna, al ser inaugurado en el año 2010, con 160 pisos, y la Torre Shanghai en China con 634 metros y 128 pisos. Es la ambición del hombre por retar la gravedad la que hace que el hombre mismo se quede pasmado con semejantes moles de hierro, concreto y vidrio.
Pero si un día creemos que hemos llegado a lo máximo respecto a la edificación de edificios monumentales, el desafío no para y así, en el año 2016 se espera inaugurar un rascacielos que superará al de Shangai, o sea el Ping an Finanhce Centre, con 660 metros a un costo de 678 millones de dólares.
Pero, para asombro del planeta, otro edificio árabe disputa el récord Guines porque alcanzará el primer kilómetro de altura. Se trata del Kingdom Tower en Yida, Arabia Saudita, con 200 pisos, 50 elevadores más 12 escaleras mecánicas mediante una inversión de mil 200 millones de dólares. Se había planeado para mil 600 metros, pero ante las dificultades del terreno, se optó por dejarlo en mil metros.
AMÉRICA LATINA
En América Latina, el edificio más alto está en Chile. Se trata de la Gran Torre Santiago, en el Costanera Center, que tiene una altura total de 300 metros, incluído el espiral, hasta el último de sus 62 pisos. Cuenta con 24 ascensores de alta velocidad que se mueven a 5.5 metros por segundo.
Le sigue uno de los muchos rascacielos de la ciudad de Panamá, con su forma de vela de navegación y 70 pisos para una altura de 284 metros, construido a un costo de 430 millones de dólares. Se llama Trump Ocean Club International Hotel&Tower, inaugurado en 2011.
Ambas obras arquitectónicas desbancaron a la Torre Mayor de la ciudad de México que fue la de más altura en la región con 230 metros y 54 pisos, pero llama la atención que sea Panamá la que se está llenando de este tipo de obras porque basta consultar en internet cada una de ellas para constatar que la apertura del canal ha dejado bonanza y solidez financiera a este hermoso vecino de México.
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