Con la sorpresiva detención del exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, el actual mandatario golpeó fuerte y con el puño cerrado la mesa, sobre todo para los que dudaban que en su sexenio se aplicaría la ley contra todos los funcionarios públicos que abusaron del poder.
Samuel García estaba ausente de sus eventos oficiales porque festejaba sus dos años de matrimonio con su esposa Mariana, cuando por diferentes medios los neoloneses siguieron los detalles de la detención de “El Bronco” cuando circulaba por el kilómetro 15.5 de la carretera entre los municipios de General Terán y Guadalupe.
Cuando entre sonrisas entre ambos Samuel asumió la administración en octubre pasado, parecía que se habían borrado no solamente todos los agravios mutuos, sino que se archivarían las denuncias penales que desde 2018 el entonces senador interpuso contra Rodríguez Calderón siendo gobernador.
Una de esas denuncias fue la que envió este martes a “El Bronco” al Cereso de Apodaca, ese mismo reclusorio al cual el entonces gobernador modernizó con una inversión de cerca de mil 300 millones de pesos cuando clausuró el penal del Topo Chico.
El senador se montó en una denuncia pública de que Rodríguez Calderón había desviado personal de gobierno y usado recursos públicos, primero para recabar firmas, y posteriormente en 2018 para su campaña como candidato independiente a la presidencia de la República.
El imputado podría dormir su primera noche en el Cereso de Apodaca, mientras espera la resolución de un juez para vincularlo o no a proceso por delitos electorales. Y si puede salir llevará su causa en libertad.
En enero de 2017 el exmandatario Rodrigo Medina de la Cruz fue detenido y encerrado sólo 19 horas, y la foto con el informe naranja de reo del Topo Chico siempre fue presumido como un logro de “El Bronco” de que en su gestión se aplicaría la ley contra los corruptos del pasado.
En ese sexenio de entre 2015 y 2021 ningún otro pez gordo estuvo tras los barrotes. Y hoy pocos, muy pocos que votaron o no por Samuel, hubieran apostado que la foto del pez más gordo, y ex número uno de Nuevo León, iba a circular en los teléfonos móviles y sería tendencia en Twitter.
En estas horas me viene a la mente una anécdota sobre un connotado joven político del PRI en el Estado que llegó a la casa de Samuel ya como gobernador electo, y antes de saludarlo el dueño de la residencia le dijo: “¡Te voy a meter a la cárcel!”. Y ese visitante borró su sonrisa con la que llegó. ¿Será el próximo?