Como quien dice, después de ahogado el niño, tapen el pozo o lo que es lo mismo les metieron varios goles y hasta ahora empiezan a reaccionar.
La apertura que habían mostrado los priístas para que ingresaran a sus filas nuevos militantes sin formación partidista, llámense empresarios, empieza a pesarles en Tamaulipas de ahí la intención de llevar a la Asamblea Nacional la propuesta donde se exigirá tres años de militancia para poder ser candidato o candidata a un puesto de elección popular, actualmente sólo se requieren doce meses, por ello hemos visto cómo un grupo de empresarios se han colado a posiciones importantes dentro del PRI y del gobierno, como es el caso de Arturo Díez Gutiérrez, alcalde de Ciudad Victoria, quien sin contar con una sólida formación priísta y aún siendo simpatizante del PAN, pudo ser dirigente local del tricolor y después su candidato.
El caso de Díez Gutiérrez es uno entre muchos que ilustra hasta dónde un partido que era cuidadoso de las formas, porque en las formas estaba el fondo, según decía Jesús Reyes Heroles, se devaluó tanto que dejó que entraran toda clase de personas a ocupar cargos y candidaturas que deberían haber sido destinadas para sus militantes reconocidos.
Esta propuesta que esperan sea secundada en la Asamblea Nacional contrasta con el interés de los priístas tamaulipecos en reducir la edad de 35 a 30 años para poder ser candidato o candidata a la gubernatura.
Los tricolores tamaulipecos se ven desfasados en esa propuesta, porque mientras el promedio de vida de la población se alarga, ellos pretenden que personas con escasa experiencia lleguen a este puesto que afecta la vida de millones de ciudadanos.
Y no es que estemos en contra de que los jóvenes tengan la oportunidad de gobernar una entidad como Tamaulipas, sólo cuestionamos si tendrán la madurez emocional suficiente para hacer frente a una responsabilidad de ese tamaño.
Si como observamos, al puesto llegan personas con más edad, pero inexpertas y con alcances mediocres, con resultados igual de mediocres en su función pública, qué se puede esperar de alguien que no tenga suficientes vivencias como para tomar decisiones acertadas que tienen que ver con miles de familias.
Por lo pronto, veremos qué sucede en la Asamblea nacional priísta, si dan entrada a las propuestas tamaulipecas, porque los tricolores, de alguna manera, ya se sienten otra vez en Los Pinos.
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