Serapio Cantú Barragán se registró como precandidato a presidente municipal en medio de un ritual típicamente priísta, o sea, con porras y matracas cuyos sonidos son la esencia de un partido compuesto por bases populares generalmente alegres y entusiastas.
Se ve que ya se reagruparon para emprender lo que será una complicada misión: recuperar el palacio municipal, tarea viable porque al frente tendrán un candidato genuinamente priísta.
Además concluyó su período como alcalde sin escándalos, aunque con 14 años en el retiro, pero oxidado ya se vio que no lo está. Por lo anterior y en mí opinión, Serapio será un buen contendiente.
Y leí el manifiesto suscrito por varios intelectuales en el que exhortan al presidente Enrique Peña Nieto no dé un uso político a la PGR, y hay para despistarle refieren el caso de López Obrador en el 2006.
Aunque no recuerdo a ninguno de ellos desgarrándose las vestiduras por tal cosa, como también me extraña soslayen en su misiva que el Ministerio Público no inició de oficio la carpeta de investigación sino por una denuncia de 2 personas y que además no acusan a Ricardo Anaya.
Por lo tanto, y para evitar suspicacias, la PGR con todo y la secrecía de sus actuaciones por ser un caso de interés público en el que aparece un precandidato a presidente de México como vendedor de un inmueble con el que presuntamente lavaron dinero.
Debe dar a conocer cuando le resulte cita a Ricardo Anaya y por qué, que reitero, no creo que esa carpetita de investigación llegue hasta sus últimas consecuencias, como dirían los reporteros policíacos.
Entretanto, Anaya ya ha de estar diciendo “no me ayudes compadre”, pues ahora la PGR está contra la pared, por lo que van a tener que agotar todos los medios de prueba para acreditar la probable responsabilidad del precandidato panista, o bien anunciar que sólo fue un vendedor de inmuebles carente de dolo.
Empieza la semana y confiemos que transcurra en armonía, aunque ayer se registraron balaceras por el poniente de la ciudad, afortunadamente muy distante del parque cultural en donde el Gobierno de Tamaulipas organizó la celebración del Día de la Familia, evento muy concurrido por cierto.
Y tranquilos con los Oscar, no todos los mexicanos son como Guillermo del Toro, pero tampoco son reflejo de la rascuache selección futbolera y menos de los corruptos políticos. A darle al diario vivir.