Se ha generado una gran polémica sobre el tema de votar o no votar. Cada quien es libre de hacer lo que quiera, para eso sirve la democracia. Yo doy mi personal punto de vista al respecto: ¡Yo sí voto!
Uno.- Sí voto porque soy mexicano y es mi derecho. Entiendo mi derecho como la facultad de escoger a mis gobernantes y entiendo el voto como una acción similar a la de levantarme diariamente a trabajar: lo hago para mejorar mi vida, mi familia y mi país, decido hacerlo en mi propio beneficio.
Dos.- Sí voto porque acepto mi derecho de cumplir con mis obligaciones de ciudadano. Vivo en México y sé que existen servicios e infraestructura que uso a diario y por los cuales tengo que pagar impuestos; así mismo tengo la obligación de tener mis documentos legales en orden (IFE, licencia, SHCP, CURP, etc.) y sé, también, que debo cumplir y respetar las leyes. El estar en orden con mis obligaciones me permite no propiciar la corrupción. Si fallo como humano, me descubren y si, además, no he cumplido con mi obligación, el camino más corto para resolverlo es la corrupción. Pero no estoy a favor de eso. Entiendo el voto como mi obligación para tratar de lograr que el país camine en un rumbo democrático, si no voto, no me puedo quejar; debemos dejar de una vez por todas el México de la queja fácil, basada en el no cumplimiento; debemos dejar atrás la actitud de decir “ganamos” cuando nos conviene y “perdieron” cuando no quiero aceptar mi participación en el fracaso. Al no votar, ayudo a no cambiar las cosas.
Tres.- Sí voto porque es una de las formas más importantes y valiosas de enseñar a mis hijos que el poder de la democracia está en ellos. Voto porque quiero enseñarles con el ejemplo, y porque los quiero ver de frente y decirles que ellos son los únicos que tienen el poder de cambiar las cosas en este país. Convencerlos que participar en la democracia es la única manera pacífica de hacerlo, las demás formas de cambio, entre las que puedo enumerar la transa y la corrupción, no van con mi ética personal; las acciones armadas, guerrillas o guerras no me interesa, ni siquiera, que las consideren como opciones. No podemos seguir consintiendo la cultura del “ahí se va”, del “no votes porque no sirve de nada”. Amo a mi país y considero que la única forma de cambiarlo es la de expresarles a nuestros gobernantes, a través del voto, qué es lo que queremos. Me respeto como ciudadano, respeto a mis hijos y quiero respetar a mi país participando en su desarrollo. El mejor premio a los malos gobernantes es el promover el no voto, eso es lo que quieren; de ese tipo de acciones negativas se nutren, sobre todo en las elecciones intermedias. Los políticos apuestan a que sus ejércitos comprados sean los únicos que voten y ganar gracias a la no participación de los ciudadanos.
Cuatro.- Sí voto porque es la única forma de seguir apoyando el desarrollo de la democracia en nuestro país, es la única forma de cumplir con México. Pero, además de votar el 5 de julio, debo a diario cumplir como un buen ciudadano, lo que implica también cuidar el agua, los recursos naturales, no tirar basura, trabajar para que la economía mejore.
En general, voto porque pienso que si los políticos siguen viendo la desidia de la participación del ciudadano van a seguir haciendo lo que quieran; finalmente la gente no hace nada, no se queja, no se organiza, no sale a votar. Los políticos saben que con más escándalos y sembrando el miedo la población se aleja de las urnas y nadie reclama. Entiendo el voto como la gran herramienta ciudadana para hacer saber al político que el león ciudadano está vigilante de las malas acciones que realizan. Si la gente no vota, se sienten libres y no vigilados. El político busca la validación de sus acciones y ésa se gana con grandes cantidades de votos a su favor o con el abstencionismo, que le da la seguridad de que el ciudadano está dormido y le da la patente para seguir haciendo tropelías sin que nadie le exija cuentas. Entiendo que esta posición puede sonar muy romántica, pero la democracia es un acto de fe, de los ciudadanos, por ser mejores y para tener un mejor gobierno.
El gran problema en México es que no participamos, no votamos y no damos seguimiento al voto y, con esto, hemos dejado que nuestras instituciones se degraden, hemos llevado a malos gobernantes al poder y los hemos dejado. En mi óptica, el no votar seguirá causando más de estos problemas.
Hoy, es una realidad que tenemos malos gobernantes, malos partidos, malos candidatos y malas campañas, pero a esos malos políticos no les voy a regalar mi voto, para que hagan con el país lo que quieran. Voy a buscar opciones, voy a razonar mi voto, no voy a castigar, voy a tratar de apoyar la mejor opción en mi opinión y, después, voy a dar seguimiento al desempeño de sus acciones. Eso es, a mi entender, ejercer mi gran libertad-derecho-obligación que me otorga una democracia y que se representa en el voto. No lo voy a tirar a la basura para que malos políticos lo saquen del basurero del abstencionismo y con él erijan su falso triunfo como ha pasado en infinidad de ocasiones a lo largo de la historia de México. Somos lo que somos por culpa de todos.
Finalmente, sí voto porque de otra manera no tendría el derecho ni la libertad de seguir escribiendo en este espacio mis críticas a nuestro sistema político, ¿Cómo podría hacerlo si no ejerzo mi derecho?
Mail: marco.herrera@grupopublic.com.mx
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