Así pareciera que dicen los responsables de pagar 14 millones de pesos de libros de texto que fueron elaborados con faltas de ortografía.
Aquí nadie sabe, nadie supo. Nadie se hace responsable por los errores que presentan lo que se supone son las guías para que los niños de este país aprendan a escribir correctamente.
Y si a esas vamos, ahora entiendo por qué los jóvenes de niveles superiores de educación escriben faltando a las reglas elementales de la gramática y la ortografía.
Lo peor, siguen escribiendo mal, aún cuando los trabajos los entregan hechos en computadora, la cual cuenta con las herramientas necesarias para detectar cualquier error ortográfico.
Eso también es el colmo porque los libros de texto no se hicieron en papiro, ni se tallaron en piedra. Fueron hechos, yo creo, en computadoras avanzadas.
Entonces, ¿quiénes son los tontos y abusivos?, quienes dejaron pasar esos errores, la computadora, o quien autorizó que se pagaran los 14 millones a sabiendas de que no son un producto adecuado para distribuirse entre la población estudiantil.
Como siempre sucede, en estos casos quien termina pagando los platos rotos es el contribuyente que sufraga el costo de la elaboración de los libros de texto.
Y como el contribuyente es una masa informe de mexicanos que andan apurados persiguiendo la chuleta, a los funcionarios responsables, no les preocupa la sanción, porque no habrá quién se atreva a investigar y castigar, siempre sucede así.
Me pregunto, por qué nos hemos vuelto tan resignados.
Comentaba una investigadora venezolana en relación a la situación que priva en su país, donde es casi imposible obtener dólares para salir y si los consigue, tiene que llegar a hacer una declaración jurada de que lo que se gastó en el extranjero corresponde a la cantidad de dólares que pudo encontrar en Venezuela.
Dice la investigadora, “es mi dinero y no puedo gastármelo como yo quiera”.
Y añade, por qué será que el pueblo venezolano está resignado a seguir con un gobierno como el de Chávez y ahora el de Maduro.
La respuesta, en el caso de México, que también se parece a ese pueblo venezolano, es que con tanta violencia e inseguridad, la población prefiere ya no reclamar, como es el caso de los 14 millones de pesos tirados a la basura por la Secretaría de Educación Pública.
No vaya a ser que en una de esas, lo desaparezcan o lo acusen de estar involucrado en cuestiones ilícitas, porque este ambiente de incertidumbre propicia que se aprovechen las circunstancias para “eliminar” a personas que cuestionan la actuación de las autoridades.
Los mexicanos en general hemos entrado en una fase de esperar, esperar y esperar, a que las cosas se resuelvan por sí solas, que tengamos partidos políticos comprometidos, gobernantes honestos y que el nivel de violencia e inseguridad baje.
Que haya gente pensante en la SEP que sí sepa escribir correctamente y que no tengamos que desperdiciar 14 millones de pesos que hubiesen servido para muchas cosas positivas en lugar de dárselos a una empresa que hace su chamba, así, chambonamente.
Qué flojera.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derrotero_mx
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