Primero de Mayo, Día del Trabajo. Otro día triste en la vida de los mexicanos. Ayer no festejamos a los niños y hoy no habrá festejo para los trabajadores, mientras millones de hombres y mujeres permanecerán en sus casas a la espera de noticias sobre la Influenza.
Como se había acordado están suspendidas todas las actividades que impliquen reunirse grandes grupos humanos, por eso no hay desfile conmemorativo.
No creemos que a Felipe Calderón le haga falta ese festejo, recordemos que él pertenece a la elite empresarial a quienes cualquier manifestación que provenga de los trabajadores no les hace mucha gracia.
A Felipe la contingencia le ha resultado perfecta para no tener que participar en celebraciones instituidas por gobiernos priístas.
Y de pronto el gobierno federal, a través de Calderón y de su esposa Margarita, se convirtieron en portavoces de las televisoras promoviendo que nos quedemos de espectadores de la programación, en su mayor parte basura, que transmiten los canales nacionales y locales.
Ambos consideran que nuestro hogar es el sitio más seguro para pasar la contingencia sanitaria, a ver si no salimos locos con tantas tonterías que transmiten por televisión.
Relacionado con este tema es el cierre de la Playa Bagdad hasta el domingo, ordenada por el alcalde matamorense Erick Silva, para evitar que familias originarias de otros estados acudan a esta área recreativa y haya más riesgo de contagios.
No hay postergación de elecciones, aunque los senadores analizaban la posibilidad de modificar el calendario electoral dada la contingencia de salud, el secretario José Ángel Córdova dice que no se tiene contemplado adoptar una medida de este tipo.
Los panistas lo pidieron, pero no se los dieron.
Así que por ejemplo, Baltazar Hinojosa tendrá una rueda de prensa el domingo a las 9:30 para iniciar su campaña. Durante la semana tiene previsto visitar medios de comunicación y trabajar junto con las brigadas de salud del PRI para llevarles su mensaje a los electores.
YA EXISTÍA ANTES LA ALERTA
En situaciones de riesgo, como ésta, es cuando afloran los problemas que aquejan al país.
Desde 1999 la Organización Mundial de la Salud había recomendado a países subdesarrollados, que equiparan laboratorios para producir vacunas contra la Influenza.
La OMS veía venir un problema de salud grave, especialmente en aquellas zonas, como México, donde el nivel de servicios sanitarios y hospitalarios es bajo.
Las proyecciones que hizo este organismo internacional resultaron ciertas y para variar, en México estamos poniendo parches a lo que debe ser una política de estado, de destinar recursos a la investigación.
Mientras que otros países le han apostado a impulsar a los investigadores y a las instituciones de educación superior, en el nuestro se reducen los recursos.
Nos enteramos que el gobierno federal está disponiendo de dinero para equipar dos laboratorios para que determinen si los enfermos realmente contrajeron el virus de la Influenza tipo A, pero no está destinando apoyo económico para trabajar en la cura de la enfermedad.
Para variar los mexicanos terminaremos comprando a laboratorios extranjeros a precio de oro las vacunas, cuando en México tenemos investigadores de alto nivel que podrían recibir apoyo para desarrollar medicamentos.
Mucho se ha insistido por parte de las instituciones de educación superior de la necesidad de contar con laboratorios de calidad, que le den a México la posibilidad de contar con sus propias patentes, sin tener que recurrir a inventos y descubrimientos extranjeros.
A los mexicanos nos falta mucho camino por recorrer, seguiremos tropezándonos con nuestros errores.
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