Cada vez son más los especialistas que ponen en tela de duda la salud mental de Vladimir Putin. Esto no es de ahora. Las observaciones sobre su alterado estado mental vienen de tiempo atrás, asociado a otras enfermedades y procesos quirúrgicos importantes que hubo de enfrentar el líder ruso; tales como una importante cirugía de columna, el pesado tratamiento de cáncer, además de enfermedad de Parkinson y una larga convalecencia por Covid-19 en fechas recientes. Aunque su convalecencia por el virus se mantuvo casi como “secreto de estado”.
Con todo respeto para quienes han padecido una o más de estas enfermedades, aclaro que ninguna -per sé- debería llevar a alguien a la locura. Aunque sí se han reportado casos de personas que sufrieron algunas importantes alteraciones psicológicas como secuela del Covid, la correlación entre el padecimiento por coronavirus y la psicopatía no es todavía muy clara, no está comprobada y mucho menos se puede generalizar.
Sin embargo, se habla de otra cuestión importante que podría ser la causa de de un padecimiento mental en el líder ruso: El Síndrome de Hubris. Este síndrome se define como un cambio adquirido en la personalidad y la conducta de quien lo padece y que empeora gradualmente. El detonante de este síndrome es ni más ni menos que el ejercicio del poder, de forma excesiva y por largo tiempo.
Los síntomas de este trastorno mental son evidentes: Usar el poder para la auto-glorificación, obsesión por la imagen personal, poca o nula tolerancia al consejo y/o crítica de otros, rodearse solo de aduladores, pérdida de contacto con la realidad, hablar como un “mesías”, mostrar acciones y reacciones irracionales, impulsivas, imprudentes y desproporcionadas.
Estos enfermos intoxicados de poder se vuelven represivos, invasivos, vengativos, crueles, autoritarios, déspotas, paranoicos, ambiciosos, perniciosos, monstruosos y muy, muy peligrosos.
Los líderes hubristicos existen en todos los ámbitos, (En nuestro país tenemos uno que sermonea a la nación todas las mañanas).
El síndrome de Hubris, al igual que otros trastornos mentales, puede aparecer en combinación con otros desordenes tales como el desorden bipolar, personalidad limítrofe, depresión, ansiedad, alguna adicción, etc… Así es como, reyes, emperadores, primeros ministros, presidentes, dictadores, y hasta líderes de empresas y lideres religiosos de pronto se convierten en verdaderas chivas locas en una cristalería causando estragos apoteósicos. ¡Están como pa’ que los amarren!
El tema es que cada vez son más los especialistas que observan rasgos claros de alteraciones de la personalidad y de la conducta en quienes llevan grandes responsabilidades sobre sus hombros al tiempo que ejercen una enorme cuota de poder…Vladimir Putin, quien ya lleva casi 22 años en el poder, está en la mira psiquiátrica en estos momentos. ¿Será que el mundo está bajo la amenaza de un líder hubrístico en este momento? ¿De ese y de cuántos más?