“Duerme soñando”, es la canción del grupo “El Gran Silencio”, que se refiere a que consideremos la vida como un sueño, independientemente de lo complicada que pueda ser.
En esta columna, en su título, hice referencia a ella, con un juego de palabras para hablar de la importancia del descanso, que sería “la parte presente”, que repercutiría en el futuro.
Tenemos todo el día para organizar las actividades, pero el horario de descanso no es negociable, ese sí o sí se debe dejar libre para que nuestro cuerpo y cerebro se recuperen del estrés, obtengamos más energía, ayudar a tomar mejores decisiones, estar más optimista y alerta.
Cada persona es distinta, todos tenemos nuestro propio reloj biológico, que opera desde el hipotálamo y controla todos nuestros ritmos cardiacos.
A este también los llamamos Círculo Circadiano, que significa “alrededor de un día”, es decir, son los cambios físicos, mentales y de comportamiento que nuestro cuerpo experimenta durante las 24 horas.
La alteración en los círculos circadianos puede ocasionar cáncer y según estudios, las personas con turnos rotativos nocturnos son más propensos; además, el ritmo circadiano resulta clave en el metabolismo, por lo que influiría de manera directa en otras patologías.
Algunas enfermedades que pueden resultar de no tener descanso suficiente son: diabetes, obesidad, y recientemente se descubrió que fibrosis renal; también influye en la absorción de nutrientes o alimentación, según el doctor Carlos Rey.
El problema más usual relacionado con el sueño, es el insomnio. En México se documentó mediante una encuesta que un tercio de la población adulta tiene dificultades para dormir, y uno de cada cinco las presenta más de tres noches por semana, siendo más frecuente en las mujeres de áreas urbanas y en aquéllos que son portadores de hipertensión arterial sistémica.
Así mismo, se descubrió mediante ese estudio que las mujeres presentan insomnio con más frecuencia que los hombres, según ENSANUT MC 2016.
La National Sleep Foundation recomienda a los adultos de entre 18 y 64 años, dormir entre siente y nueve horas por la noche.