“Hoy, a diferencia de hace nueve meses que iniciamos el Plan de Seguridad Tamaulipas, la situación en el estado es diferente”, dijo este miércoles en Matamoros, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
“¡Sí, pero estábamos mejor, cuando estábamos peor!”, comentó un comensal, mientras dicho desconocido y un servidor, coincidimos en presencia y en la respuesta en automático al segundo hombre más importante del gobierno federal en una taquería nocturna y veíamos las noticias por la televisión del puesto de comidas.
Lo de aquel 13 de mayo de 2014, fue una falsedad, mera pose, algo de dientes para afuera del gobierno federal, así lo comentó mucha gente en su momento.
Ahora lo confirmamos esta recién pasada semana, nueve meses después.
Y sí, han cambiado y mucho las cosas, en materia de seguridad pública.
Ha variado la seguridad en todo Tamaulipas, ni qué decir en la misma franja norte del estado, como en la propia tres veces heroica ciudad de Matamoros.
¡Pero para peor!
EL MIEDO, SU ALIADO
Que a Tamaulipas se lo cargue el payaso –como dice la racita irreverente- no es cosa que le importe al gobierno federal.
Si la ciudadanía se acalambra, si escala la inseguridad en Tamaulipas, no saldría la población a las urnas el domingo siete de junio.
Y eso, ya sabemos muy bien todos en el estado, a quién le conviene, sin lugar a dudas, al PRI- Gobierno.
Para ganar las ocho diputaciones federales en disputa en esta entidad, en un territorio que se torna cada día en más azul y blanco, todo indica que el PRI tiene cifrado en el miedo de la gente, su principal aliado.
Cuando el pueblo no sale a votar, gana el PRI, pues tiene bien creada la estructura popular humana, ese voto avasallante de entrada, en toda votación.
Un sufragio sufrido, conseguido con engaño y con el hambre de muchos.
Ganado a base de entregar despensas, tinacos, bloques de concreto, bonos canjeables en supertiendas, leche Liconsa, actas de nacimiento, títulos de propiedad de mini lotes irregulares en la periferia, medicinas caducas, exámenes clínicos en la medicina popular y otros obsequios, netamente adquiridos con dinero del propio pueblo.
TAMAULIPAS ES OTRO
Matamoros-Río Bravo-Reynosa, lo mismo que Valle Hermoso-San Fernando, igual que Tampico-Madero-Altamira, así como la Frontera Chica, ya no son los mismos en materia de seguridad pública, que hace nueve meses cuando vino por primera vez Osorio Chong.
¡Hoy están peor!
Y más en silencio, pero igual de lesivo, el lejano Nuevo Laredo, sigue a la alza en delitos, de lo que ustedes gusten y manden.
Qué razón tiene Miguel Ángel Osorio Chong, la seguridad pública en Tamaulipas ya es otra, una peor, a beneficio de PRI-Gobierno, sin duda.
Y todo gracias a sus socios, a sus aliados en las sombras y al propio gobierno del estado, que ni siquiera para cobrar afrentas que todos estimamos como personales de cierta figura, sirvió.
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