Rodrigo Serrano, estudiante de la Ibero, recomendó a Pedro Joaquín Coldwell “cuidar lo que dice”, en relación al movimiento contra el candidato priista Enrique Peña Nieto, al rechazar que haya infiltrados que dirigen esta protesta juvenil contra el abanderado tricolor.
Y esa recomendación llega en un buen momento.
“Hay que cuidar lo que se dice”.
Este es el momento en que los rumores y las descalificaciones se riegan como pólvora, sin reparar en el daño, muchas veces irreversible, contra personas inocentes.
El llamado de atención del estudiante de la Ibero al dirigente de Partido Revolucionario Institucional es aplicable también a los periodistas, a los políticos, a los candidatos y a las candidatas.
Porque en la pasión de la declaracionitis se dicen cosas de las que después se arrepienten.
Pero el daño ya está hecho y ni como repararlo.
En cuanto al movimiento juvenil, los mexicanos con credencial de elector podemos convertirnos en ese número 132.
El 132 que defina quién nos gobernará, alguien que reúna las características más adecuadas para dirigir este país en estos momentos tan álgidos.
Quienes votemos de manera consciente, meditada, podemos hacer la diferencia.
Así como esos 131 alumnos de la Universidad Iberoamericana que, valientes, se identificaron para contrarrestar cualquier intento del PRI de desvirtuar el rechazo a su candidato presidencial.
Los mexicanos que deseamos un cambio para mejorar nuestra calidad de vida, para dejar de ser rehenes de la delincuencia y de autoridades rebasadas en su capacidad de gobernar al país, a los estados y a los municipios.
Todos juntos podemos integrarnos en el número 132, identificados, votando por quien nos convenza más, sólo esto podrá hacer la diferencia el primero de julio.
LA MANO DE CALDERON
Ahora que el proceso electoral está radicalizándose más, qué posición mantendrá Felipe Calderón en esta contienda.
Meterá aún más la mano para reducir la preferencia al voto que lleva a Enrique Peña Nieto en la delantera, o dejará libre la elección.
Felipe tal vez adopte la posición que en su momento tomó Ernesto Zedillo en el año 2000.
El ex presidente priista, optó por soltar los amarres de la elección y dejar que el Partido Acción Nacional con Vicente Fox como candidato fuera reconocido como el ganador, aún antes de que dieran los resultados oficiales.
Antes de ello, Ernesto Zedillo salió a decir que el PAN había ganado por primera vez en la historia de este país una elección presidencial.
Qué papel jugará Felipe de aquí al primero de julio.
Seguirá escudándose en su cargo para continuar la campaña contra priistas, en un afán de restarle puntos a EPN, o soltará de una vez la contienda.
O citará a dos de los candidatos y la candidata a reunirse para dialogar y evitar una ruptura que afecte la gobernabilidad del país.
Felipe estará consciente que su momento se apaga irremediablemente y que poco a poco se convierte en historia.
Felipe se irá con el sabor agridulce de haber emprendido una lucha contra la delincuencia que deja más heridas y problemas, que soluciones en este país.
Quién será capaz de limpiar el tiradero que deja una administración panista, que hizo de la lucha contra la delincuencia el por qué de su mandato y dejó de lado la solución a la pobreza y al desempleo, para embarcarse en una aventura donde no hay puerto seguro a la vista.
Construir es tan difícil, destruir se logra en un segundo.
¿Cuántos años nos llevará reconstruir el país después de esta debacle?
No se sabe a ciencia cierta.
De lo que sí estamos seguros, es que entre más pronto comencemos mejor.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derroterotam
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