La encuesta de Hora Cero sobre los precandidatos del PRI a la gubernatura de Tamaulipas confirmó lo que muchos ya sabían: Rodolfo Torre Cantú y Oscar Luebbert Gutiérrez llegarán a la recta final, nariz con nariz.
El diputado federal y exsecretario de Salud, obtuvo 26 por ciento de los votos contra 25 del alcalde de Reynosa, en un ejercicio por Internet donde votaron más de 14 mil personas.
Tamaulipas ya empieza a hervir rumbo a los comicios de julio de 2010, y será en sus primeros meses cuando los partidos políticos designen a sus candidatos.
Pero los reflectores obviamente estarán en los nombres que sacará el gobernador Eugenio Hernández de la tómbola, porque pocos dudan que el PRI va a retener la posición donde estuvo el reciente sexenio.
Torre Cantú y Luebbert Gutiérrez ya protagonizan una carrera donde el resto de los competidores vienen atrás, y se tendrán que conformar con el resto de las medallas, porque las de oro y plata ya tienen dueño.
Aunque tampoco se descartan sorpresas, porque en estas semanas seguramente Hernández Flores está recibiendo expendientes equis (negros y blancos) de fulano, sutano y perengano.
Así que Ramón Garza Barrios, Baltazar Hinojosa, Amira Gómez, Javier Gil, Enrique Cárdenas y Erick Silva, deben mantener las velas encendidas.
Para el alcalde de Reynosa volver a perder la contienda sería un trago bastante amargo, porque será la tercera vez que busque ese puesto que le falta a su amplia experiencia en la función pública.
Tiene a su favor que hizo añicos a Cabeza de Vaca en su terreno y le quitó las posiciones que tenía, y que eran una pesadilla para el gobernador. En contra juega la inseguridad en las calles y el terror que causan entre la población el sonido de las ametralladoras y las granadas.
Por su parte Torre Cantú fue uno de los brazos derechos del gobernador cuando fue titular de Salud y tiene todas las querencias de la primera familia del Estado. En contra podría ser que, comparado con la trayectoria de Luebbert, es como ver sobre el ring una pelea entre peso un pesado y un gallo.
¿Se repetirá la historia de 2004?
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