Los hechos ocurridos en Guerrero, incluyen a 43 estudiantes normalistas de ese Estado, que fueron desaparecidos, borrados del mapa, los cadáveres con evidencia de haber sido y torturados, despedazados, y hay quienes refieren que vivos les sacaron los ojos, para luego desollarlos como se hace con una res, luego, aún con vida, lanzados a una fosa bañados en diésel para luego quemarlos vivos; escenas en las que el mismo Dante, tal vez palideciera.
Me pregunto, ¿Qué tipos de mala sangre podrían hacer eso con muchachos que buscaban un porvenir?
Por adolecentes que no llegaban a los veinte años, qué ser demoniaco pudo haber parido a esos asesinos que se ensañaron con jóvenes llenos de frescura y deseos futuros de progreso, que terminaron desollados y quemados vivos. (Hoy dicen que no eran los estudiantes) y ellos ¿Dónde están?
No puedo concebir, tal degradación humana, pero existe, esto es una evidencia; las drogas, locura, ritos demoniacos, no lo sé, lo que sí podemos entender todos, es que los humanos somos capaces de realizar las peores abyecciones contra el propio ser humano.
Dice el refrán “perro no come perro”, pero “humano, si destroza humano”, vaya situación esa de Ayotzinapa que pasará a la historia como el más abyecto momento en la historia de México.
Jamás había ocurrido algo semejante en nuestro país, Solo mentes enfermas de degenerados, locos diabólicos pudieron realizar un hecho tan macabro, que espero nunca jamás se repita.
Otro hecho que merece nuestra atención aunque sin las locuras anteriores, son las marchas realizadas por el Politécnico Nacional.
Su queja, es la de no aceptar los cambios pretendidos en su estructura, las marchas fueron varias, además de numerosas, se realizaron pacíficamente, hasta que un político que no quiso entender o no supo valorar su dimensión, o no supo retirarse, quiso politizar con su presencia la marcha estudiantil que hasta ese momento no estaba politizada.
El repudio no se hizo esperar, le apedrearon (lo repruebo, es un viejo) hirieron a algunos de sus acompañantes, antes de emprender su huida. Su padre fue el mentor original de ese centro educativo, las citas así lo señalan, pero de eso han transcurrido 70 años, el general ya se fue y no es lo mismo los tres mosqueteros, que veinte años después.
Cuauhtémoc Cárdenas, perdió piso. Para qué enfrentarse si “él ya tiene el pasto al pecho”; al tratarse de unir a ese grupo sin invitación, la chusma reaccionó en sentido contrario, simplemente le repudió, a pesar del legado de su padre.
Eso nos mueve a recordar, que todo en México quiere ser politizado, a todo se le quiere imponer un toque político.
No hemos podido aprender a lo largo de los siglos o entender que todo cambia, que el mundo está constantemente en plena transición, en transformación permanente, lo que hoy fue bueno, mañana no lo será.
Y eso es lo que nuestros políticos no entienden.
Los mexicanos deseamos políticos con inteligencia, con sentido común, que no cambien “de vereda” cada tres años, o cada seis, que se busque un proyecto de nación que no pueda ser cambiado al arbitrio de cada funcionario, en donde todo esté pensado y planeado, no dibujado en las rodillas, que todo esté calculado y sea proyectada la forma de obtener los dineros para realizar esos proyectos, que el empleado que sea eficiente y no corrupto, continúe en su puesto pues toda la labor de aprendizaje, se pierde en el basurero y el pagano es el pueblo, ‘no todo lo nuevo es mejor’, dice el refrán así que hay mucho de qué platicar sobre el particular.
Lo que insisto con denuedo es que lo de los jóvenes guerrerenses no quede impune, que verdaderamente se aplique la ley, la que siempre debe aplicarse, no es posible que nueve, si, 9 de cada 10 casos legales quedan impunes. Lo padecemos a diario y ni quien voltee a enterarse. Seamos aplicados.