Siempre sentí una fascinación por las palabras, la dicción, la pronunciación y las habilidades verbales. Por eso, desde niña me gustaban los trabalenguas y me los aprendía de memoria para repetirlos hasta dominarlos sin tropiezos. Nunca imaginé lo mucho que eso me iba a ayudar, muchos años después, en mi carrera profesional como locutora.
El primer trabalenguas que aprendí a decir era sencillo: “-Compadre cómpreme coco, -coco no compro yo, como poco coco como, poco coco compro yo.” Luego aprendí otros más cortos pero más complicados. “Camarón, caramelo, caramelo camarón…o el de “Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal”
Hoy, 8 de noviembre es el Día del Trabalenguas. “Los trabalenguas son oraciones o textos breves creados para que su pronunciación en voz alta sea difícil de decir. Con frecuencia son utilizados o bien como un género jocoso de la literatura oral o bien como ejercicio para desarrollar una dicción ágil y expedita.”
Los trabalenguas son buenos ejercicios…por ejemplo, para quienes batallan para pronunciar la doble “r” por haber tenido un problema del frenillo de la lengua, mismo que se arreglaba con una simple cirugía oral, luego se rehabilitaban repitiendo: “RR con RR cigarro, RR con RR barril. Rápido ruedan las ruedas cargadas de azúcar del ferrocarril”
Los trabalenguas existen en todos los idiomas y en todas las culturas.