La voz triunfalista de Ricardo Gamundi, dirigente del PRI estatal, diciendo que su partido ganará los ocho distritos electorales se nos antoja un alarde que no tiene fundamento en la realidad.
Porque si bien Gamundi asegura que quien definirá a los candidatos a las diputaciones federales será el PRI estatal, lo cierto es que este instituto tiene que someterse a las corrientes que controlan los procesos electorales en todo el país, esto es puntualizado por priistas que conocen de sobra cómo funciona el entramado político y que no comparten el punto de vista del dirigente priista.
Los priistas cautelosos destacan que Tamaulipas no es ajeno a la influencia que proviene de Elba Esther Gordillo, ella reclamará su cuota y pedirá le reconozcan por lo menos una diputación.
Beatriz Paredes, dirigente del PRI a nivel nacional, es posible que también pida mano para la diputación por Tampico a favor de Mercedes del Carmen Guillén Vicente.
Luego está el dirigente nacional de los petroleros, Carlos Romero Deschamps, quien argumentará que la paraestatal tiene influencia en varios distritos electorales, y por lo tanto también quiere una curul en la Cámara de diputados para la próxima legislatura.
Y seguro que Felipe Calderón también tendrá por lo menos un recomendado para que se le cuide en alguno de los ocho distritos y no precisamente tiene que ser un panista, puede ser un priista afín a la corriente federal.
Ese escenario dejaría sin mucho margen de maniobra a Gamundi y a las fuerzas locales encabezadas por Eugenio Hernández, con lo cual, restarían sólo cuatro diputaciones a repartir entre los allegados a la administración estatal.
Por ello, recordemos las palabras del propio Gamundi quien ha repetido insistentemente que cada elección tiene su propio ritmo, como la que viene en 2009 donde no hay candidato a la presidencia de la república, ni están en juego senadurías, sólo diputaciones.
Pero esa Cámara es fundamental para Felipe Calderón porque es la que sancionará las iniciativas que envíe los tres últimos años de su mandato y de ello depende la supervivencia del PAN en la presidencia de la República.
Así que hay mucho en juego y la fuerza de Gamundi y sus allegados no será suficiente para dar manotazos a quienes también quieren su tajada del pastel que es el preludio de la campaña por la presidencia de la República en 2012 y sobre todo, la lucha por la candidatura a la gubernatura de Tamaulipas en 2010.
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