El resultado fue la aparición en el concierto mundial de Rusia y 14 estados independientes, entre ellos, la República de Ucrania, que fue el primer estado eslavo de oriente. Ucrania fue durante los siglos X y XI, el más grande y poderoso estado de Europa, pero gradualmente se fue debilitado por las luchas internas y las intermitentes incursiones de los mongoles.
Posteriormente los ucranianos se unieron al Ducado de Lituania y al final, durante la última parte del siglo XVIII, el territorio ucraniano fue absorbido por el imperio zarista de Rusia.
Tras la caída del Zar Alexander Romanov por la revolución rusa, Ucrania gozó de tres años de independencia, para luego volver a ser anexada por el gobierno soviético.
La historia registra dos hambrunas provocadas por el Soviet en las que murieron más de 8 millones de ucranianos, a los que se añadieron otros 8 millones fallecidos durante la segunda guerra mundial. Aunque Ucrania logró su independencia desde 1991, los conflictos con los rusos no han cesado.
En 2004, una protesta masiva de ciudadanos ucranianos, conocida como la “Revolución Naranja” obligó a las autoridades de revocar la elección de Viktor Yaunkovich, aliado de Rusia, y ese acontecimiento fue la excusa que Valdimir Putin, actual Presidente de la Federación Rusa, decidiera invadir la Península de Crimea e incitar el movimiento separatista de las provincias, Lugansk y Donetsk; a quienes hace un par de días, Rusia ha reconocido como países independientes.
Ahora bien, ¿qué tan equitativa es esta lucha? Vemos algunos datos duros. La Federación Rusa, fundada en el siglo XII como Principado de Moscovia, actualmente tiene una extensión de 17,098 242 kilómetros cuadrados, es equivalente como a 8.5 veces el territorio de México, mientras que Ucrania, tiene una extensión de 603,550 kilómetros cuadrados, equivalente al territorio que ocupan los estados de Sonora, Chihuahua y Coahuila.
Rusia es habitada por 142.3 millones de personas; Ucrania por 43.7 millones. Rusia posee una fuerza militar de 850 mil elementos activos, mientras que las tropas de Ucrania ascienden apenas a 200 mil.
La economía rusa genera 3,875, 690 mil millones de dólares, contra 516,680 millones de dólares en Ucrania.
No obstante, Ucrania es un país con grandes extensiones de tierra cultivable; más del 70 por ciento del suelo se dedica a la agricultura, mientras que en Rusia es la proporción de tierra dedicada a la agricultura es del 13 por ciento.
Obviamente las proporciones dependen de la cantidad de territorio. Ucrania es, además de un gran productor agrícola, una nación con grandes yacimientos de gas natural y petróleo, que suministra a las naciones europeas.
Ese es el botín que quiere rescatar la Federación Rusa. El problema para Vladimir Putin inició cuando el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, inició los acuerdos para integrarse a la Unión Europea y posteriormente a la OTAN, como ya lo han hecho otras repúblicas ex soviéticas, (Lituania y Estonia), sólo que el premier ruso no quiere más satélites de OTAN en sus fronteras, mucho menos un país como Ucrania que controla los hidrocarburos de Europa y la salida marítima del Mar Negro.
Lamentablemente los ucranianos se quedaron solos en esta desproporcionada lucha, los estados miembros de la OTAN, entre ellos Estados Unidos, sólo le dieron su apoyo moral e impondrán sanciones económicas a los rusos, lo que tiene sin cuidado a su gobierno, porque en los últimos años su banca central ha logrado crecer, como nunca antes, las reservas internacionales.
Esperamos que pronto logren acuerdos para pacificar la zona, para bien de la población civil de Ucrania y para evitar que el conflicto siga escalando y amenace con transformarse en la primera guerra mundial del siglo XXI.
Con datos duros de https://www.cia.gov/the-world-factbook/