El inesperado éxito cinematográfico del verano en Estados Unidos no fue una de las grandes producciones publicitadas desde hace más de un año, todo lo contrario, es una película dirigida y producida por mexicanos, protagonizada por Jim Caviezel, y que está cimbrado la industria en Hollywood, no tanto por cómo se coló entre los éxitos de taquilla, sino, por el tema que aborda: la explotación sexual infantil.
”Sound of Freedom” o “Sonido de Libertad”, es la cinta que en sus primeras semanas ha recaudado más de 127 millones de dólares en Estados Unidos. Esta cinta llega a México el 31 de agosto, y aunque trata de un tema escalofriante, es abordado con la delicadeza necesaria para evitar escenas grotescas, pero desnudando esa realidad, que es una amenaza latente para la niñez.
México ocupa el primer lugar en producción de pornografía infantil en el mundo, esto lo dice la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), además de ser lugar de origen, tránsito y destino de víctimas de trata sexual infantil.
Las ganancias generadas de la trata de personas, de mujeres y niños, alcanzan los 10 mil millones de dólares estadounidenses anuales, así lo ha dado a conocer la Organización Internacional para las Migraciones, demasiados ceros para entender la montaña de dinero de la que estamos hablando.
Algunas cosas inquietantes que estamos viendo tras el éxito obtenido por esta película que muestra esta realidad de la que poco se habla, es el intenso ataque de algunos medios de prensa escrita y televisión en los Estados Unidos, y ahora en México.
Entre las noticias que han comenzado a surgir en nuestro país me llamó la atención una en la que un importante medio de comunicación nacional, hace eco a un “influencer” que ataca a Tim Ballard y su organización dedicada a salvar a niñas y niños víctimas de esclavitud sexual, no hay mucho de donde escarbarle a la vida de este héroe moderno; es un ex agente de la CIA que junto con más otros ex oficiales viajan por el mundo para efectuar estos rescates, todos dignos de una película; entre los argumentos para “no ir a ver la película” dice que a las víctimas no se les ayuda tras el rescate, lo cual es falso, ya que es una prioridad no solo sacarlo de las garras de delincuentes, también ayudarlos a que no regresen, puesto que son doblemente vulnerables.
Además, lo acusa de generar “demanda” pues viajan encubiertos, y dice que son ¿razones para no ver esta película?, esto más bien levanta sospechas de por qué NO quieren que hagamos algo tan simple como ir a ver esta cinta al cine, que tal vez te arranque una lágrima, pero que ni en sueños se compara al dolor que minuto a minuto vive la niñez esclavizada con fines de explotación sexual, que lo mínimo que merecen de nosotros, es que no ignoremos su realidad y veamos esta película.
La cinta fue dirigida por Alejandro Monteverde y producida por Eduardo Verástegui, ambos mexicanos, ha sido atacada por muchos frentes, una de ellos ha sido denigrando Verastegui, por su pasado y supuestos nexos; sin embargo, vale destacar lo dicho por Ballard en una entrevista, cuando narró que ante lo impactante de su labor, varios productores de Hollywood lo contactaron para llevar su vida a la pantalla grande, pero, dijo el ex agente, “olvidaban que somos de inteligencia y averiguábamos todo sobre ellos” de manera que este grupo supo desde antes de contactar a Verastegui, si él podría ser o no, quien llevara esta historia verídica al cine.
Ahora te diré, porque sí debemos verla. Solo haciéndonos conscientes de esta realidad, entenderemos que el abuso sexual infantil ocurre todos los días y en todas partes, en la casa del vecino, en la escuela, los centros deportivos e incluso instituciones religiosas, el depredador sexual está en todas partes, incluso, podría ser parte de tu familia.
Conocer la verdad nos sitúa en la primera línea de defensa, te anima y te alienta a nunca callar y evitar girar el rostro ante un presunto abuso, te obliga a estar atento a los medios en los que se puede acechar a la niñez y adolescencia para captarlos en las redes de trata, y sobre todo te ayuda a que esos niños y niñas que deambulan por las calles en ciudades conocidas por ser puntos de turismo sexual, no sean invisibles para ti.