En gira por Tamaulipas, ayer el secretario de Salud del gobierno federal, José Angel Córdova Villalobos, confirmó noticias nada satisfactorias para los tamaulipecos: que se han incrementado los brotes de tos ferina y que por ese motivo en lo que va del año han muerto siete menores de edad.
Sin embargo, la noticia más alarmante es que de las 7 muertes por la tos ferina, cinco se han registrado en Tamaulipas y dos en Nuevo Laredo.
El pasado 18 del presente mes, los tamaulipecos nos quedamos profundamente alarmados, cuando públicamente, el secretario de Salud del Gobierno del Estado, Guillermo Manzur Arzola, confirmaba que habían muerto dos menores de edad por tos ferina, uno en Nuevo Laredo y otro en Río Bravo.
En este mismos espacio, en nuestra colaboración del 20 de marzo, manifestamos nuestra zozobra de que la muerte de los dos infantes se hubiera mantenido oculta, porque se confirmaron dos días después de que el secretario de Salud hiciera un llamado para reforzar las acciones de vacunación entre la población infantil para evitar brotes de tos ferina.
A diez días de distancia, la sociedad sabe ahora que ya no son dos sino cinco infantes muertos en Tamaulipas por esa enfermedad, que es mortal cuando no se atiende correcta y oportunamente.
La muerte de niños en Tamaulipas por la tos ferina, reitero, es algo que alarma y pone de manifiesto que los programas preventivos de salud y especialmente los de vacunación están fallando. Y no creemos que la falla se deba a la efectividad de las vacunas, sino a los funcionarios del Sector Salud que tienen bajo su responsabilidad llevar adelante las campañas de vacunación.
La respuesta de la secretaria de Salud del Gobierno del Estado frente a los brotes de tos ferina, ha sido muy tibia y el incremento en la muerte de más niños es una demostración irrefutable.
Alguien debería decirle al secretario de Salud, Guillermo Manzur Arzola, que una de las prioridades del gobernador, Eugenio Hernández Flores, es la salud de los tamaulipecos, para que deje la comunidad de sus oficinas y salga al campo y personalmente verificar que se está trabajando en el reforzamiento de los programas de vacunación entre la población infantil, blanco del virus que provoca la tos ferina.
Por indolencia no se puede estar jugando con la salud de los tamaulipecos y menos con nuestros niños, si hay forma de protegerlos contra enfermedades mortales como la tos ferina.
El secretario de Salud, Guillermo Manzur Arzola, tiene un gran paquete por delante y debería de actuar y dar resultados, para que evitar que alguien diga que ese puesto le quedó grande.
Y digo que dicho funcionario tiene grandes retos por delante, donde está en juego la salud de los tamaulipecos, porque a los brotes mortales de tos ferina, están en puerta los casos del dengue clásico que en Matamoros, como en otros municipios de Tamaulipas, se han empezado a multiplicar cuando apenas empieza la primavera.
La incidencia del dengue, si no se ponen en práctica efectivos programas preventivos, va a explotar en cuanto empiecen a incrementarse las temperaturas, creando el ambiente para la proliferación del mosquito trasmisor.
Hace más de dos años, el dengue en Tamaulipas se convirtió en un verdadero problema de salud pública, que cobró vidas humanas y tuvo altos costos económicos y sociales, que finalmente se controló a través de programas preventivos impulsados por el Sector Salud y la participación de la sociedad.
Frente a los hechos actuales, creemos que el secretario de Salud, debe hacer una revisión y actualización de los programas preventivos, para ver donde están las fallas y corregirlas, para que en los hechos la salud sea una prioridad del gobierno de Eugenio Hernández Flores, porque tener el primer lugar en muertes en tos ferina es una distinción deshonrosa y vergonzante.
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