Anoche estaba mi esposo viendo por el canal TUDN de Univisión, el partido de Tigres de la UANL contra los Bravos de Ciudad Juárez y me senté con él a ver el juego un rato. No niego que me dio gusto que ganaran los Tigres; pero nada más. Lo nefasto de esto que les cuento fueron los promocionales de Chivas y Cruz Azul que pasaban en ese canal. ¡No lo puedo creer!
En el primer promocional aparece una niña de unos diez años parada junto a un puestecito donde vende limonada. Tiene una garrafa llena de limonada sobre una mesa y ella, vistiendo una camiseta del Cruz Azul, espera que lleguen clientes a comprarle su refrescante bebida. Se cerca un hombre vistiendo una camiseta de Chivas, a comprar un vaso de limonada. Pero la niña no solo le niega la compra, sino que además abre la válvula de la garrafa y prefiere derramar la limonada y vaciar la garrafa sobre la banqueta antes que venderle limonada al acérrimo rival aficionado de Chivas.
En el segundo promocional se ve una reunión en casa de una abuelita que amablemente les ofrece buñuelos y chocolate a sus familiares. Una niña pequeña, aparentemente una nieta de la “dulce abuelita”, se acerca para tomar un buñuelo, pero la niña lleva puesta una gorra de estambre con el logo de Chivas. La abuela le retira la charola y le niega el chocolate. Una serie de toma ambiental muestra que la abuela es fanática del Cruz Azul y tiene todo tipo de parafernalia de ese equipo en su casa. Al final se ve que la niña se va enojada y sale de la casa tumbando al piso un mono con la mascota del Cruz Azul.
Yo no sé qué les pasa en esos canales, no sé quién patrocina esos promocionales o cuánto dinero le representan a Univisión. Pero ¿quién revisa los contenidos? ¿Dónde están los jefes de programación? ¿Donde está la responsabilidad de los productores internos o externos?¿Sus códigos de ética?…Eso que muestran es más que simple y poco simpática rivalidad entre fanáticos (¡Y entre familia!). Lo que muestran esos promocionales es vil y descarada discriminación y maltrato además de que fomentan una animadversión que luego, en los estadios se traduce en violencia. ¿Quién se hará responsable cuando la rivalidad se convierta en odio y luego escale a la violencia campal? Sigue sucediendo que confunden la censura con el control de calidad. Para los canales de televisión, eso solo será una nota escandalosa que les dará más “rating” y se lavarán las manos como Pilatos.
Realmente excluir, maltratar o despreciar y hasta humillar a alguien por una camiseta es igual que discriminar a una persona por su apariencia, raza, sexo, creencias religiosas, afinidades políticas…Sin embargo, parece que en el caso estúpido del fanatismo futbolero, las cosas no solo parecen justificarse, sino que demás creen que es simpático. Lo peor es que usan niños interactuando con adultos para mostrar esas conductas nefastas y sin moderación alguna. Como si el mundo necesitara más odio. A quienes difunden, patrocinan y promueven semejante basura ¡Qué lástima!….¡Vergüenza les habría de dar!