A estas alturas de las precampañas, sería conveniente que el PRI analizara el cambio de monturas, para no reventar los jamelgos antes de llegar a la meta del 5 de julio.
Uno de los pre candidatos que deberán considerar seriamente su permanencia en la contienda es Alejandro Guevara, quien asegura que ser diputado plurinominal suplente por Nuevo León no lo obliga a asumir al titularidad de este cargo de elección popular, que aunque es irrenunciable, tampoco implica que forzosamente debe asumir el puesto en ausencia de su titular.
Y es que sacar exitosamente la candidatura de Guevara Cobos requiere más que buenos deseos y bravuconadas del dirigente priista, Ricardo Gamundi.
Necesita identificarse con la gente de El Mante y esto no se logra llegando al primer evento de la precampaña en una camioneta Hummer.
En este período de crisis económica los aspirantes a candidatos deben ser muy cuidadosos en la ostentación de riqueza, porque puede resultar contraproducente entre los electores.
En cuanto a aceptar ir a sentarse a la curul que le corresponde en la Cámara de Diputados, Guevara Cobos no está dispuesto a ello, porque eso lo dejaría fuera de la dieta legislativa por tres años, bueno si es que gana, además de la posibilidad de subirse a la ansiada lista de prospectos a la gubernatura.
Recordemos que en esto del rechazo a asumir sus cargos, Tamaulipas tiene una larga historia de gente electa que llegado el momento no asume su responsabilidad y se embarcan en otras aventuras, la lista es interminable.
Esa situación llegó a ser tan recurrente que hace unos años el PRI tuvo que bajarle el impulso a muchos de sus militantes con cargos de elección popular para obligarlos a terminar la comisión para la que fueron electos, porque ya era un desorden y la ciudadanía se quejaba del escaso compromiso de los priistas y su costumbre de saltar de un puesto a otro, como si fueran expertos todólogos.
Todavía recordamos las palabras de Horacio Garza, en sus tiempos de candidato a la alcaldía por Nuevo Laredo cuando prometía que no abandonaría el cargo para irse en pos de otra aventura electoral.
Esa posición se revirtió para quedar como estaban antes, hoy otra vez vemos a los chapulines brincando de un lado a otro.
Esto es una cadenita, observe un ejemplo, Amira Gómez era diputada local en la anterior legislatura, cuando la hacen candidata a la senaduría, pide licencia. Su curul se suponía que debería asumirla Edgardo Melhem, el suplente.
Pero éste no quiso irse a la diputación, prefirió quedarse manejando los dineros del programa social más importante del Estado, y el Congreso llamó a uno de los que estaban en la lista plurinominal, Hugo Andrés Araujo de la Torre, quien fue ungido como diputado local para terminar el período legislativo.
Ese juego donde la voluntad popular es ignorada y hecha a un lado de la manera más descarada es lo que desalienta a la ciudadanía, por eso luego surgen los reclamos ante la falta de compromiso de sus “representantes populares” y se observa una reducción de votantes en las casillas.
VOTO MIGRANTE
Los dueños de tres empresas encuestadoras, entre ellas Mitofsky y Berumen, dicen que estas elecciones intermedias serán muy desangeladas.
Añaden que podrían subir la temperatura a la contienda las elecciones estatales que se realizarán en seis entidades donde habrá cambio de gobernadores, alcaldes y diputados locales.
Roy Campos, de Consulta Mitofsky dice que con todo y esa falta de pasión, esta será la elección de Calderón y alerta para estar pendientes del voto migrante (ahora ya no le llaman el voto de los indecisos), porque puede ser el que marque la diferencia en el resultado del 5 de julio.
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