Ya todos sabemos el terremoto que la decisión lópezobradorista provocó con la suspensión de la construcción del aeropuerto en lo que fue el Lago de Texcoco, ahora quiero saber qué pasará con los Ahorros para el Retiro, las Afores, que se destinaron al proyecto sin pedirles autorización a los pensionistas de Inbursa, Pensionissste, Profuturo y Banorte Ixe que participaron con 13 mil 500 millones de pesos.
Esa cifra se invirtió en un Fideicomiso llamado de Inversión en Infraestructura y Energía, Fibra E, y que representa el 10 por ciento del costo total de la obra del nuevo aeropuerto, según datos del periódico El Economista (https://www.eleconomista.com.mx/mercados/Cuatro-afores-invierten-en-el-nuevo-aeropuerto-20180327-0093.html).
Enrique Peña Nieto reveló hace apenas unas semanas la decisión de estas cuatro instituciones de echar mano de las Afores para el financiamiento la esa magna obra, lo hizo presionado por el triunfo de Andrés Manuel en las urnas y el amago, en ese entonces, de revisar la inversión del proyecto. Nunca imaginó que se atrevería a hacer una consulta desaseada, para justificar la cancelación de la construcción, que según dicen lleva un 30 por ciento de avance.
Aquí se sacan dos conclusiones, por lo pronto, nadie pidió opinión a los pensionados para hacer uso de su dinero que les serviría para medio vivir cuando se retiren.
Luego, nunca especificaron qué rendimiento se espera de ese dinero, y si los pensionistas se convertirían en automático en socios de un negociazo que generaría miles de millones de dólares, no de pesos, nadie habló del rendimiento que les reportaría poner su futuro económico en manos del gobierno mexicano y de esos empresarios.
Hasta el momento que redacto esta columna, no hay ni una sola mención por parte de alguna autoridad que nos diga qué pasará con los ahorros de miles de mexicanos y mexicanas que sin su permiso fueron depositados en un negocio que se cayó ante la sospecha de corrupción.
Los pensionistas tienen derecho a saber, Peña Nieto debe salir a aclarar la situación, él sigue siendo presidente, aunque de facto esté ya AMLO ejerciendo, tiene una deuda el priista con los mexicanos, soltó el timón y no le importa a dónde irá a parar el barco este que se llama México.
Y eso es mezquino y de poca hombría, él sabía lo que sobrevendría con la llegada de AMLO al poder, y aunque pretenda hacerse que no es responsable, él tiene una responsabilidad histórica de dejar la casa en orden antes de entregarle la banda presidencial al morenista.
La historia lo juzgará y el juicio será inclemente.
Repregunto: ¿Y las afores apá?
ENTRE EL ENTIERRO Y LA FERIA
Yahleel Abdala llegó al PRI estatal, para darle cristiana sepultura, ahora que estamos en temporada de la celebración del Día de Muertos. La nuevolaredense ansiosa de estar en alguna nómina, “porque vivir fuera de ella, es vivir en el error”, aceptó una encomienda que le resultará más un dolor de cabeza que satisfacciones. Pero está bien, terminen de enterrar al tricolor en Tamaulipas.
Por otro lado, la Feria de Ciudad Victoria presenta seria desorganización, las familias victorenses son maltratadas, hacen fila por espacio de más de una hora, y para ingresar, pagan su boleto a un cobrador, que luego otro empleado pasa por un lector electrónico y por último una tercera persona les pide de nuevo el boleto para romperlo y meterlo en una urna.
Esos tres empleados ocasionan largas filas, descontento y desánimo, para luego entrar a la feria y darse cuenta que está casi vacía. Un llamado a Carlos García, secretario de Economía para que ponga orden ahí.
Señoras y señores panistas, ya no maltraten a los victorenses, porque se la cobrarán el año próximo en la renovación del Congreso local. Ya les advertí.
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