¿Y luego…?

Queda claro que los intereses de los ciudadanos y los de aquellos que están en los altos puestos gubernamentales son muy diferentes.
Para esta élite, las preocupaciones de la gente “de a pie” no son importantes. Ellos se ocupan de sus asuntos y sus prioridades (y por consecuencia, las de la Nación), las fijan de acuerdo a su agenda.
Y aunque poco a poco los mexicanos tienen mayores espacios donde pueden reclamar solución a sus problemas, pareciera que la respuesta de los gobernantes es la misma… un completo silencio.
Es como si la mayoría de nosotros estuviéramos volteando hacia arriba, reclamando a aquellos que están sentados sobre una columna de marfil que nos hagan caso y como respuesta sólo obtuviéramos un: ¿Y luego…?
Desde hace semanas el Puente Internacional Reynosa-Hidalgo está bajo el agua, los millones de pesos que se invirtieron para edificar la llamada “aduana modelo” se han perdido, las personas que necesitan utilizar esta vía tienen que pasar un viacrucis para poder cruzar a Estados Unidos y la Secretaría de Haciendo ahí está, diciéndonos: ¿Y luego?
La autopista Reynosa-Matamoros –la más importante vía de comunicación entre estas dos ciudades– tiene meses destrozada, las pérdidas económicas por los retrasos en el transporte de mercancías son incontables y los residentes del poblado de Nuevo Progreso de plano se han resignado a estar aislados del resto de Tamaulipas… mientras tanto, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Nacional del Agua (responsable de todo este desastre) ahí están, diciéndonos: ¿Y luego?
¿Y qué decir del problema de la inseguridad? Sus efectos han golpeado a todos los sectores de la sociedad y los que se supone son los responsables de cuidarnos nos observan desde dentro de sus camionetas blindadas mientras nos preguntan, socarrones: ¿Y luego?
Hay quienes piensan que la mejor manera de manifestar nuestro desacuerdo con el trabajo de los gobernantes es por medio de las urnas y sí, podría darse el caso que millones de mexicanos decidieran anular su boleta o votar con responsabilidad, sin embargo, ¿y luego…?