Que casi siete de cada 10 nuevolaredenses tiene miedo de la inseguridad pública en la ciudad, dice el INEGI ¿los otros tres tienen pavor?
No queremos decirles que se los dijimos, pero se los dijimos en julio del año 2012 (cuando ganó el PRI, dizque como respuesta a la queja del pueblo sobre el accionar de Felipe Calderón Hinojosa en materia de la seguridad pública), que esto se va a poner peor, como lo vaticinamos desde que ganó Peña, hoy sus números son catastróficos y lo más aterrador, ¡es que va en galopante ascenso!
Y ya se viene la campaña electoral, al gobierno federal, como al estatal y a los ratas y babas del municipal, les importa muy poco el problema que más nos preocupa a cada pueblerino, a toda la población, a los 121 millones de mexicanos: la inseguridad pública.
Ellos, los gobernantes, políticos, funcionarios y servidores públicos, desde ayer y hasta pasado el domingo 1 de julio del siguiente año, están enfocados en una sola cosa: buscan seguir controlando el poder político, mediante el triunfo que buscarán para los suyos, en las próximas elecciones.
POBRE MÉXICO
Así que la seguridad pública de la República, del Estado y del municipio de Nuevo Laredo, salen sobrando, que cada quien -indefensos ciudadanos- se rasque con sus propias uñas.
Que al fin y al cabo para ellos, los altos funcionarios, tienen garantizada su seguridad personal y la del último de los suyos, a costa del dinero de todos los mexicanos, pagados en guaruras y camionetas blindadas.
Y esto no es cosa del alcalde, pues si bien el tipo este no sirve ni para maldita sea la cosa, en materia de seguridad pública -y en cualquier otro rubro o tarea de la función pública-, esto no es problema emanado de su incapacidad, él sale sobrando en materia de violencia, del delito (aparte de los ilícitos que cometa).
Lo venimos repitiendo, a los nuevolaredenses como a todos los mexicanos nos pinta mal el panorama, tenemos muy oscurecido el corto y el mediano futuro; del largo, ni hablemos.
Entrevistados los nuevolaredenses mayores de 18 años de edad, para la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI (Nuevo Laredo, por obvias razones elegida entre 55 ciudades del país), el 69.5 por ciento de los nuestros dijo que se sienten inseguros en un cajero bancario, 66.8 por ciento se siente inseguro adentro de un banco y 65.9 por ciento ya no lleva objetos de valor en la vía Pública.
Los números son fríos, crueles, como cruel es la inseguridad en la ciudad.
Ya que 69.5 por ciento de los padres de familia ya no permiten que sus hijos salgan; y el 63.7 por ciento, ya no camina de noche, ni siquiera en las aledañas a su domicilio.
SEGUIRÁ IGUAL O ¡PEOR!
Y algo muy importante es que el 43.5 por ciento consideró que en los siguientes 12 meses (último año de Enrique Peña Nieto, al frente del país) las coas seguirán igual de mal. En Morelia (tierra de Felipe Calderón) y en Toluca y Ecatepec (cuna de Peña Nieto), las estimaciones están peores que el 43.5 por ciento de los nuevolaredenses, sobre las condiciones que reinarán en los siguientes 365 días.
Pero aquí, nuestra raza fronteriza, estimó en un 18.8 por ciento que la cosa se pondrá peor que hasta ahora (que incluyan a un servidor en esta última porcentual).
O sea, para cerrar este malfario que se cierne sobre los mexicanos y sobre Nuevo Laredo, aquí el 62.3 por ciento de nuestros adultos mayores de 18 años, consideran que se vienen 12 meses más feos.
Entonces, ¡Que el Señor nos agarre confesados!, pero nos referimos a Dios, nada más.