Todos (o casi todos) amaban a Yuya… hasta que mostró su felicidad, hasta que compartió que ser mamá la llenaba de alegría y le permitía continuar desarrollándose como mujer, youtuber, empresaria y ¡hasta como esposa!, ¿pues que se cree?, ¡ofende con tanta felicidad!
Yuya es culpable, sí, lo es. Es culpable de tener un plan de vida y de que, además, haya podido cumplirlo ¡junto a un hombre que la ama, comparte con ella su felicidad y que a su lado ha formado una familia!, ¡eso es demasiado!
Y es que a la pobre Yuya se le fueron a la yugular por publicar en sus redes lo tanto que ha disfrutado ser mamá y lo inmensamente feliz que es junto a su familia, a pesar de que ha mencionado en múltiples ocasiones que la maternidad no ha sido fácil.
La acusaron de “falsa”, “mentirosa” y hasta de “clasista” porque en una de sus fotografías aparecía al fondo una empleada doméstica, de la que obviamente, la gente dijo “¡uy pues así que fácil!, así con ayuda ¿quién no?”.
Aquí la cosa es que esta mujer (que conste que no soy su fan) desde muy chiquita se ha hecho un camino que le ha permitido construir un PATRIMONIO, y cuando encontró a la PERSONA ADECUADA y consideró que era el MOMENTO OPORTUNO, se aventó el tiro de ser mamá, ¡porque quiso y pudo!
Pero tal parece que ahora lo ideal es hacer todo sin planeación, espontáneamente, sin compromisos, sin pensar siquiera en lo que le depara a una criatura que llega así nomás “a la buena de Dios”.
Yuya es un buen ejemplo de una maternidad deseada, por supuesto que no todas las que hemos deseado ser mamás lo hemos sido en las mismas circunstancias, pero ¡¿quién no ha batallado en la vida?!
Ahora muchas no tendremos empleada doméstica pero, ¿no me van a decir que nunca le han dejado los niños a la suegra o a la mamá para poder ir a trabajar o hasta para irse de pachanga?
¿Qué me dicen las que tienen que dejar a los niños en la guardería para ir a laborar?, y las que pueden pagar a alguien que los cuide en casa ¡qué buena onda!, pero las que no podemos pues nos aguantamos, y que no nos aflore la envidia y critiquemos sin razón alguna.
Hay una frase por ahí que dice “cada quien habla de cómo le fue en la feria”, o algo así, entonces si nuestra experiencia como mamás no ha sido positiva, vamos a alegrarnos por las que sí, o por lo menos, a no fregarlas.
Sobre la pareja, bueno, ¡también se elige! Ya que es alguien que formará parte de nuestras vidas y si además, se espera que sea el padre de los hijos, que no le pese dar lana para la leche y los pañales para la criatura que (seguramente) tan alegremente cooperó en hacer; por eso luego se encuentra uno memes y capturas de pantalla donde les da dolor gastar hasta en las verduras para los niños.
Cada madre es distinta, cada una siente, vive y piensa diferente, algunas, aunque lo duden, con todo y el desafío que exige ser madre en estos tiempos lo gozamos, no le hace que nos la partamos cada día ¡y sin empleada doméstica!
Si al final del día con o sin limitaciones, podemos darle a nuestro hijo un beso de buenas noches y agradecer a Dios por su vida y la bendición de ser su madre, quiere decir que la maternidad ha valido la pena.