México, D.F. / Mayo 10.-
Lágrimas de frustración rojiblanca en el Estadio Azteca. Lágrimas que representan 13.5 millones de dólares perdidos para Grupo Televisa. Los otros 30, invertidos en el América durante el más reciente año, aún se pueden rescatar, pero todo está en manos del Guadalajara.
Ironías del futbol mexicano, en el que el “hermano menor” descendió tras ser derrotado por el “primogénito”. En el que las Águilas apenas ganaron su primer partido como locales en el certamen, pero es suficiente para tener esperanzas de alcanzar la Liguilla. En el que el futuro de los azulcrema depende de su rival más acérrimo, que los eliminará si la tarde del domingo derrota a los Indios de Ciudad Juárez.
Al menos esta noche el América no fue tan malo como el Necaxa. Con bastante más concentración que sus desesperados rivales, los pupilos de Jesús Ramírez encontraron en Fernando Ortiz al hombre que les dio la victoria (28’)… Y la posibilidad de mantenerse con vida.
De celebrar con su entrenador, ni hablar. El central argentino, cepillado por Chucho durante los tres más recientes partidos, fue felicitado por los líderes en el vestuario amarillo: Salvador Cabañas y Pável Pardo, quienes habían expresado públicamente su descontento por la suplencia del “Tano”.
A final de cuentas, el zaguero es parte de la costosa inversión americanista desde que Michel Bauer asumió la presidencia del club, justo después del penoso sótano general en el Clausura 2008.
Esa fue la principal diferencia entre un equipo que aún rasguña la Liguilla y otro que ya está en la Primera División A.
Grupo Televisa reforzó a los Rayos con una decena de futbolistas para el actual certamen. Todos de medio pelo, sin la categoría de figura.
Federico Insúa, Alfredo Moreno, Ricardo Rojas, Carlos Infante y hasta Diego Cervantes demostraron por qué salieron de Coapa.
Todos mostraron compromiso, pero eso no alcanza cuando te juegas la permanencia en el Máximo Circuito.
Y los demás refuerzos, con un nivel muy similar.
Carlos Pavón fue fichado tras la lesión de Víctor Píriz. El hondureño no marcó un gol…
Este Sábado Raúl Arias prefirió sustituirlo con Cervantes, un defensa central que provocó más peligro en el área amarilla que el atacante catracho.
Para completar el cuadro, Germán Villa deambuló durante los últimos 10 minutos del Necaxa en la Primera División.
De nada sirvió el apoyo de más de 10 mil aficionados rojiblancos, esos que solían no hacerse presentes en el “Coloso de Santa Úrsula” cuando su equipo dominó el futbol mexicano.
Hoy sí estuvieron… Y las lágrimas fueron inevitables cuando Francisco Chacón oficializó el descenso de su equipo.
Arias pareció inmutable, igual que hace 10 años y medio, cuando condujo a los Rayos al título del Invierno 1998. Buscó a todos sus jugadores, les dio una palmada en la espalda y se marchó al vestuario con la mirada absorta.
La pérdida estaba asegurada para el consorcio televisivo, pero no para aquellos jóvenes que crecieron apoyando a un equipo que anoche descendió por primera vez.
Y las Águilas festejaron tímidamente, con respeto ante el dolor del “hermano”… O quizá con la certeza de que la “hazaña” aún no se completa, que su destino está en manos de las Chivas.
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