Querétaro, Qro. / Agosto 23.-
Ya no hubo abucheos al final del partido, pero tampoco una ovación. América halló la practicidad que tanto gusta a Manuel Lapuente, por más que su afición quiera un equipo menos pragmático.
Eso explica los tímidos aplausos que el pueblo azulcrema regaló, cuando se oficializó la victoria sobre el Querétaro (0-1). Las Águilas lideran el Grupo Dos, pese a que todavía no conquistan el corazón de sus seguidores.
Una pincelada de Daniel Montenegro fue suficiente para superar a los luchones, pero limitados Gallos Blancos. “El Rolfi” ya había dejado ir dos claras opciones en el primer tiempo… No iba a suceder tres veces.
El atacante argentino aprovechó el mágico pase de Juan Carlos Valenzuela. Gol de vestuario, importantísimo para destrabar un cotejo que se ensució porque los locales así lo quisieron.
Esa postura les permite competir ante un conjunto que les supera en cuanto a calidad individual. Sergio Orteman y Pável Pardo libraron una batalla de titanes en la trinchera, con apretada victoria para el experimentado capitán águila.
El ex jugador del Stuttgart tuvo que multiplicarse ante la ausencia de Rosinei Adolfo en la alineación. El recuperador brasileño padeció problemas estomacales durante los más recientes días. Su estratega decidió darle descanso… Hasta que se dio cuenta que Miguel Layún se pierde si juega como escudo.
El veracruzano la pasó mal como socio de Pardo, en especial por la falta de coordinación entre ambos.
Patricio Treviño tampoco se sintió cómodo como lateral derecho. La reaparición del “Topo” y la tarea encomendada a Layún provocaron un hueco en la lateral derecha, que debía ser cubierto por el canterano. Falló.
Lapuente corrigió en el descanso con el ingreso de Rosinei. El movimiento ofreció resultados casi inmediatos. Menos de un minuto después de la reanudación, Montenegro marcó el tanto de la victoria, no sin antes sufrir demasiado.
Las Águilas volvieron a replegarse con la ventaja. Es el sello distintivo del “Hombre de la Boina”… Y el motivo de desesperación para los americanistas.
Guillermo Ochoa realizó una magistral atajada y Orteman erró otra opción bastante clara. Aún con sus limitaciones, los queretanos se volcaron hacia la portería enemiga, mientras Matías Vuoso y el “Rolfi” tenían la encomienda de encabezar los contragolpes. No hubo más que un par. Bastante atropellados.
Ángel Comizzo se tiró a matar o morir durante el último cuarto de hora. Sergio Blanco e Isaac Romo entraron para acompañar a Alen Skoro en el ataque. Ninguno pudo lograr el empate. Aquivaldo Mosquera, Valenzuela y hasta Pável se las ingeniaron para detener la mayoría de los embates locales.
La clave estuvo en Rosinei, obrero del mediocampo, incansable e infalible. Su presencia permitió a los capitalinos mayor posesión de la pelota y darse aire en plena reacción de los Gallos Blancos.
El último cambio de los amarillos fue la mejor muestra de lo que buscó Lapuente después de anotar el gol. Ya en el ocaso del cotejo, Montenegro fue relevado por Juan Carlos Silva, quien acompañó a Pardo y Rosinei en la contención.
La táctica le funcionó. Y ganó los tres puntos, aunque a decir verdad, su futbol está lejos de enamorar al exigente pueblo azulcrema.
Discussion about this post