México, D.F. / Noviembre 4.-
Ha pasado más de año y medio desde la última vez que Oswaldo Sánchez defendió la portería nacional, demasiado para un hombre que se acostumbró a integrarla durante casi tres lustros.
El arquero del Santos Laguna toma con filosofía su distanciamiento del Tricolor, en el que su graduación representó ser titular en la Copa del Mundo Alemania 2006. Pero hay una meta aún no cumplida… y está convencido de que la alcanzará.
Suma 99 partidos jugados bajo los tres postes de la Selección Mexicana. El mágico centenar está ahí, demasiado cerca, lo que le permite soñar con regresar y cumplir ese anhelo personal.
“Es una meta que seguro se va a cumplir tarde o temprano. Soy de la idea que no es lo mismo 99 que 100”, sentencia el tapatío, entrevistado vía telefónica desde Torreón, Coahuila. “Esa tiene que llegar en el momento que menos me lo espere, obviamente con trabajo. Eso seguro que se va a dar antes de que me retire”.
Su presentación con el representativo mexicano se dio el 8 de junio de 1996, ante Bolivia por la Copa USA. Se adueñó del marco nacional durante varios años y su más reciente cotejo con el Tricolor fue el 11 de febrero de 2009, contra Estados Unidos, en el comienzo del Hexagonal Final de la Concacaf rumbo a Sudáfrica 2010.
Formó parte de dos convocatorias más, pero no volvió a jugar, pese a mantenerse en el alto nivel que lo ha distinguido durante buena parte de su trayectoria profesional y en todos los clubes en los que ha militado.
La llegada de José Manuel de la Torre al banquillo nacional le reaviva el deseo por volver a la Selección Nacional, basándose en lo bien que se siente futbolística y anímicamente, aunque admite que lo primero es “trabajar y esperar”.
“Nos conocemos bastante bien, tuvimos una muy buena experiencia en Chivas y sabe que cuenta conmigo para lo que necesite dentro y fuera de la cancha”, apunta. “Es un buen entrenador, sobre todo estudioso, con personalidad, y tiene algo que muchos otros quizá no: una gran estrella y suerte, porque en poco tiempo ha sido campeón tres veces y, como se dio la última, es alguien que tiene estrella. Ojalá que esa estrella siga en la Selección y haga un buen trabajo”.
A Oswaldo le gustaría formar parte de su grupo, “aunque no es una obsesión para mí”. Mucho menos el próximo Mundial, sobre todo porque ya tiene 37 años de edad.
“Es un sueño muy lejano, porque para esa etapa tendré 40 años y es muy difícil llegar de esa edad para ser un portero puntal, pero uno nunca sabe qué pueda pasar”, concede. “Lo que hago es disfrutar cada momento, cada día y el hecho de que, en la calle, la gente reconozca, me diga que le gusta mi forma de jugar es más importante que conseguir uno que otro objetivo más”.
De lo que sí está seguro es que no ser tomado en cuenta para la más reciente justa mundialista fue por una simple cuestión de gustos que prefiere olvidar.
“Las cosas pasadas no hay que hablarlas. Lo que sí puedo decir es que me encontraba a un gran nivel y si no se dio la convocatoria no dependió de mí”, asegura. “También entiendo que la elección de jugadores depende de gustos y otras cosas… Simplemente no fui del agrado de la gente que estaba ahí y eso igual me tiene tranquilo”.
Al igual que su paso en la Selección Mexicana, con la que anhela llegar a los 100 juegos disputados.
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