México, D.F. / Abril 23.-
Cruz Azul y Chivas se han visto las caras sólo en una ocasión en una final. Esta fue en la temporada 1986-87, cuando el Guadalajara llegó como primer lugar general y la Máquina como segundo, una Máquina que confió en un histórico para que lo dirigiera: Héctor Pulido.
El mismo Pulido, que nació cementero y se fue del futbol como tal, recuerda que esos dos juegos ante las Chivas “son el recuerdo más grabado que tengo como técnico”.
Esa final en lo particular, “Cruz Azul la perdió porque llegó en una pierna. Si estábamos completos, hubiéramos sido campeones”.
Hoy, visor de las fuerzas básicas cementeras, añora ese equipo que ofreció un futbol elegante, sobrio y contundente, “como debe jugar el Cruz Azul. Ese es su estilo y ese torneo fue magnífico, sólo que no lo pudimos culminar”.
Afirma que su equipo, que tenía a gente como Pablo Larios, Edgardo Fuentes, Marcelino Bernal y Agustín Manzo en la cancha, “hizo todo para ser campeón”.
Hasta que llegó aquella final: “En la ida ganamos 2-1 en el Azteca [goles de Nacho Flores y Juanito Morales] y en la vuelta, en el Jalisco, estábamos mermados, con lesionados y suspendidos. Si llegamos completos, sanos, lo aseguro, ganamos”. En ese juego, Chivas goleó por 3-0. “Pero nada me quita el gran torneo y la gran Liguilla que hicimos”.
Una Liguilla muy dramática. En cuartos de final “le ganamos a Tecos en penaltis”, recuerda Pulido. “Ese día [Pablo] Larios le detuvo un penalti al “Oso” Salazar [delanteros de Tecos]. Hizo un gran torneo pero en las finales llegó lesionado, de una rodilla creo. Aun así nos salvó de muchas”. Como en el juego semifinal ante Morelia. “Goleamos en la vuelta, pero en el global un gol de ellos nos dejaba fuera. Pablo hizo grandes paradas”.
Y llegó la final, la ida se ganó en el Azteca y la vuelta en el estadio Jalisco, definió todo. “Llegamos muy mermados. Muchos jugadores lesionados, algunos suspendidos como el goleador del equipo: Agustín Manzo. No es excusa, simplemente llegamos en una pierna y no nos alcanzó. Ojalá se hubiera dado la serie con cuadro completo, otra cosa hubiera sucedido”.
Gracias a juegos como ese, la rivalidad entre los grandes se acrecienta. “Cruz Azul siempre se le paró sin miedo a los históricos. Desde que subimos a la Primera División no nos amedrentamos con los populares como Chivas o América. Les ganamos en muchas ocasiones, alguna vez goleamos a Chivas 7-1; pero muy rápido nos hicimos de respeto”.
Un respeto que prevalece, aunque ahora los títulos azules no llegan.
– ¿Qué le pasa a este Cruz Azul?
“La afición se acostumbró a los triunfos; esa afición, pasó la tradición a los nuevos y por eso exigen que lleguen los títulos. La palestra del pasado es muy alta y la generación actual tiene esa presión. Para mí es eso, los acostumbramos a lo bueno y por eso no valoran los buenos torneos que se han hecho al llegar a las finales, que aunque se pierden, hay que valorarlas”, finalizó quien también fuera capitán celeste.
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