Guadalajara, Jal. / Agosto 2.-
Cuando fue presentado como director técnico de las Chivas, en sustitución de Efraín Flores, Francisco Ramírez prometió “hacer historia” en el banquillo rojiblanco… Y ya comenzó a hacerlo.
Porque lo de este sábado en el estadio Jalisco durante la jornada 2 del Tornero Apertura 2009 fue histórico, penoso para el Guadalajara, pero histórico.
Una auténtica pesadilla.
La derrota ante los Tigres (1-3) hizo que el Rebaño Sagrado tuviera su peor arranque de torneo en 36 años. Desde la temporada 1973-1974, los tapatíos no comenzaban un certamen con reveses en las fechas uno y dos.
Paradójicamente, la combinación de sus verdugos es similar: demonios y regiomontanos.
En aquella ocasión, el Guadalajara fue derrotado por los Diablos Blancos de Torreón (3-4) y el Monterrey (0-1). Ahora, los Diablos Rojos del Toluca (3-4) y los felinos fueron quienes lo superaron.
Eso explica las miradas absortas de camino al vestuario. Los rojiblancos se fueron abucheados por muchos aficionados que jamás habían visto un inicio tan desalentador.
Porque corazón hay, pero el falta futbol, sobre todo en la zaga. Cada arribo del rival es un suplicio para un pueblo que se había acostumbrado a la solidez de la retaguardia chiva.
La noche de este sábado, Itamar Batista la hizo pedazos. La velocidad y potencia del atacante brasileño de los Tigres fueron suficientes para desnudar las carencias de Jonny Magallón, Juan Ocampo y, sobre todo, Aarón Galindo.
El seleccionado nacional tuvo una noche negra frente al gigante de ébano de los felinos. El tercer gol (61’) fue la mejor muestra del mal momento por el que atraviesa Galindo.
Aunque Ocampo no se quedó atrás. El joven canterano, titular debido a la suspensión de Héctor Reynoso, se equivocó mucho en la salida. Sus intentos por salir con balón controlado terminaron casi siempre en peligro para la portería de Luis Michel.
Y adelante, Javier Hernández volvió a estar sólo, porque Alberto Medina confirmó su intermitencia. El Venado apenas mandó un buen servicio al área regiomontana, que finalizó con la anotación del Chicharito (50’).
Fue el único lapso en el que el Guadalajara dio muestras de vida, pero se suicidó en la defensa.
Daniel Guzmán leyó perfectamente el encuentro. Con la ventaja en el marcador y la desesperación de unas Chivas que se lanzaron con todo al frente, el Travieso apostó al contragolpe, con la técnica de Lucas Lobos, la lucha de Francisco Fonseca y el poder de Itamar. La fórmula no tardó mucho en dar los resultados esperados.
Los Tigres supieron a qué jugar, mientras que el Rebaño Sagrado sólo fue corazón, pero sin recursos ni inteligencia.
Tuvo ocasiones de gol, en especial de Hernández, pero falló, mientras que Itamar fue altamente efectivo ante una defensa que recibió siete goles en un par de juegos, dos más que hace 36 años, cuando las Chivas también iniciaron el campeonato con reveses en fila.
Discussion about this post