“Arañé la medalla. La busqué con todo, pero….”: Son los lamentos de Arturo Santos, el boxeador mexicano que tanta expectativa había provocado entre los compatriotas que se encuentran en Beijing con motivo de los Juegos Olímpicos.
Parece que la oferta de fama y dinero -ya le pusieron sobre la mesa un primer contrato de 2 millones de dólares- terminó por afectarle. Lo sacó de concentración. Antes de dar un paso tan importante como subir al podio olímpico, ya se imaginaba disfrutando de todo ese dinero.
Y prueba de ello son sus primeras palabras, apenas unos minutos después de sucumbir (14-9) ante el francés Khedafi Djelkhir, en los cuartos de final de la división de los 57 kilogramos. Un triunfo le aseguraba ya la presea de bronce y la posibilidad de ir por al oro.
“Me quedé a un paso. Estuve a un paso de la medalla. La arañé, la busqué. Ahora salto al profesionalismo en busca de un título mundial”.
Es más, Arturo ya hasta diseña la estrategia para conformar lo que será su grupo de trabajo. Aunque, advierte, habrá que tener cuidado, “porque sé que a muchos boxeadores los han explotado”.
De entrada, según el propio peleador, ya se han acercado a ofrecer sus servicios abogados, representantes, promotores, etcétera. “Por lo pronto, hay que buscar un buen manejador”, dice.
Ya entreteje ilusiones Arturo Santos.
– Pero ¿qué te pasó en el combate? ¿Qué faltó?
– Tirar más golpes. Faltó atinar más, porque tiraba muchos golpes, pero no le atinaba. Se movía mucho.
El primer asalto había resultado aceptable, con dos puntos para el francés y uno para el mexicano. Y en el segundo round Santos metió cuatro puntos contra uno de Djelkhir, para tomar ventaja de 5-2. La medalla olímpica parecía cercana.
Pero en el tercero el europeo marcó, apuntó y se puso lejos de la distancia del mexicano: le metió 7 puntos. Aquello estaba 9-7.
Todavía se mantenía viva la esperanza. Sin embargo, una vez más la estrategia, Djelkhir conectaba y se alejaba, ante la desesperación de Arturo que no lograba alcanzarlo.
El sueño de Santos terminó con el sonido de la pizarra electrónica y un marcador adverso de 14 puntos contra 9. “Pero me voy contento, porque peleé de tú a tú y se rompió el hielo del boxeo en Juegos Olímpicos. Ya se ganaron combates”.
Fue la despedida de quien se había convertido en toda una promesa olímpica.
Ya lo espera el profesionalismo.
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