México, D.F.-
Han pasado prácticamente cinco años de la última semifinal ganada por el América. El 20 de mayo de 2007, las Águilas vencieron 0-1 a Chivas, en el Jalisco, y disputaron la final contra Pachuca. Aquella que perdieron aún con el ídolo Cuauhtémoc Blanco entre sus filas.
Miguel Herrera, director técnico azulcrema, apelará a su principal fortaleza a lo largo del Clausura 2012 para romper la “maldición futbolística” generada desde entonces: su capacidad para sumar de visitante.
Sí, al término de las 17 fechas del certamen, el América fue el mejor visitante. Ganó cinco partidos, empató tres y sólo perdió uno, 3-1 frente al Morelia en la fecha 12, disputada en el estadio Morelos.
De sus 30 goles en la competencia, 17 cayeron fuera del estadio Azteca, además de que 18 puntos de los 32 alcanzados en la competencia se dieron en patio ajeno. Incluso en cuartos de final, el conjunto amarillo ganó al Pachuca de visitante, aunque después cayó en la vuelta.
Esos argumentos, en los que se basa la principal fortaleza capitalina, serán la base para acabar con la ausencia de triunfos en semifinales, que les permitió pelear su última final.
“Vamos con la idea de que no nos queda otra más que ganar. Con eso en mente salimos en todos los partidos. A veces somos concretos, contundentes, y en otras no, pero la idea de este equipo es ganar y no hay otra”, explica “El Piojo” Herrera en conferencia de prensa celebrada en Coapa, a unas horas de viajar a Monterrey.
“Como lo hemos hecho bien de visitante iremos a buscar a un local que ha sido muy bueno en el torneo, también hay que reconocerlo, pero lo nuestro es matar o morir, ¿no?”, añade el estratega emplumado.
Y sí, efectivamente, lo que asegura Herrera es cierto. Así como el América demostró ser el mejor conjunto fuera de casa, los Rayados del Monterrey sencillamente resultaron ser el mejor local de la competencia.
La Pandilla acumuló siete victorias, dos empates y no perdió. Despachó 21 tantos y apenas toleró cinco. Un imponente cúmulo de 23 unidades de las 32 obtenidas. El invicto a lo largo del certamen, en el estadio Tecnológico significa la mejor prueba de fuego para las Águilas, que tendrán que superar ese obstáculo para romper con cinco años sin ganar en semifinales y no jugar una gran final.
A Miguel Herrera le queda la satisfacción de que al poderoso goleador chileno, Humberto Suazo, tuvo que hacer las veces de un volante de contención o un lateral para contribuir a mantener el cero, el miércoles pasado en el estadio Azteca.
“Nunca vi a defender más a `Chupete´ como en el partido pasado, pero era su posición. La gente le va a exigir más, pero no sé cómo vaya a salir. Yo sé cómo vamos a jugar nosotros, a ganar, atacar, presionar, a encimarlos. Sabemos que tienen un equipo muy bueno de tres cuartos de cancha para arriba. Es un cuadro desequilibrante, entonces hay que hacer lo mismo que hicimos acá. Esperemos tener la misma contundencia que nos ha venido faltando, pero en esa idea estamos”, observa “El Piojo”.
El punto es que la actuación de los regios, el miércoles pasado, fue de visitante, que ha sido la debilidad del Monterrey en esta competencia. Prueba es que ocupó el decimotercer lugar de la tabla con dos victorias, tres empates y tres descalabros, con apenas nueve puntos en su haber. Esta será otra Pandilla, la que impone en casa y a la que las Águilas tendrán que presionar, como anhela Miguel, porque “hay que ganar, no hay de otra”.
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