Saúl “Canelo” Álvarez lidera hoy día el boxeo en diversas categorías. Como lo han reconocido dos peleadores internacionales, protagonistas de épicas batallas en el ring hace algunas décadas: “No hay otro como ‘El Canelo’, pues libra por libra no tiene rivales y ni los tendrá”. Firman esta declaración Roberto “Mano de Piedra” Durán y Sugar Ray Leonard. “Este deporte mexicano está hoy en buenas manos con ‘El Canelo’, ya que es un fajador muy fuerte, con muy buena condición y disciplina, aunque es conveniente que tire más golpes para proteger su defensa, que es donde falla un poco”.
El panameño Durán llegó a la 59 Convención del Consejo Mundial de Boxeo no solamente para encontrarse frente a frente con Leonard, como miembros distinguidos del Salón de la Fama, sino para sentir el orgullo de admirar a Saúl y dedicarle sentido reconocimiento en su propia tierra mexicana, pues los de aquí “son boxeadores que le dan un sabor muy especial a este deporte y trabajn árduamente, día a día, para alcanzar sus metas”, expresó el estadounidense, primero en la historia de esta profesión que logró títulos mundiales en cinco categorías, y considerado uno de los más populares –no solamente mejores– y exitosos pugilistas de todos los tiempos.
En la evocación de los dos aclamados visitantes seguramente se descorrió la película de verdaderas estrellas del ring, cuyos nombres resuenan aún en la memoria de los aficionados mexicanos por haber sostenido memorables peleas y ganado la gloria con sus triunfos. Es un desfile honroso de nombres del boxeo azteca el que llena espacios de crónicas históricas y narraciones en video que recrean a las audiencias de antes y resaltan la admiración de las nuevas generaciones.
Pero nadie en la actualidad como nuestro “Canelo” de oro con sus campeonatos mundiales en distintas divisiones y su paso victorioso en la AMB, CMB, OMB y FIB de peso supermediano, además de sus otros títulos obtenidos gracias a su fuerte pegada y a la seriedad con que cumple sus compromisos, lo que lo vuelve ejemplo edificante e inspiración de quienes desde la adolescencia quieren seguir sus pasos, alejado de escándalos y del derroche de recursos que tanto mancha la carrera profesional de muchos que se empalagan con los vítores, la fama y el dinero en abundancia.
El tapatío sabe que su trayectoria no lo libra de las satisfacciones de sus éxitos, como cualquier ser humano, pero da muestras de su madurez a fin de controlar los excesos de la dopamina en cada triunfo y mantener distancias con quienes quieren aprovecharse de su ascenso en cada enfrentamiento. Pero también tiene arrestos para contragolpear fuera de los escenarios boxísticos a quienes osan criticarlo sin fundamento, haciendo acto de presencia en programas de TV para expresar sus sentimientos y la verdad de su lucha en tan duras competencias que no siempre complacen a los “líderes de opinión” en la materia.
Todavía más: su ejemplo lo ratificó el pasado 18 de noviembre al regresar de un largo viaje de recreo en Europa a fin de acompañar –pleno de agradecimiento– a su mánager Eddy Reynoso, al ser homenajeado en el Senado de la república por su brillante trayectoria en la preparación de púgiles mexicanos. Fue increíble cómo la llamada Cámara Alta se convirtió en un espacio desbordante de júbilo por tener cerca al “Canelo”, a quien ni siquiera impacientaron al solicitarle selfies al por mayor, autógrafos y saludos, además de fintas de golpes con guantes para la ocasión, como parte del show preparado por el anfitrión de la fiesta, el senador Ricardo Monreal.
Así son las multitudes en todas partes, cuando se trata de sacar raja de un figurón en el mundo del deporte, de los espectáculos y de la política. Pero lo bueno es que “Canelo” rescató del olvido en esos minutos a quien era el destinatario del festejo, su entrenador, ya que éste pasó a segundo término ante la algarabía de la presencia del noqueador. Grandeza es grandeza, por más que sobren los aprovechados que desean colgarse de la fama de los auténticos triunfadores en su profesión, y más cuando proceden con sencillez y humildad, sin perder la paciencia ni dejar de pisar el suelo con mucha madurez.
Deseamos que “El Canelo” siga así su camino de éxito, en todos los órdenes de la vida.