Guadalajara, Ja. / Agosto 29.-
Una buena y una mala para los seguidores de los Pumas: Ya no perdieron como visitante en el Apertura y hasta mantuvieron el cero en su meta, pero siguen sin poder vencer a las Chivas en su territorio. La racha del Rebaño sin perder en casa ante los felinos se extenderá por un año más y ahora, hasta sumará al nuevo estadio Omnilife como el lugar impenetrable para los universitarios.
Empate sin goles que correspondió a la escurrida entrada en el flamante inmueble construido por Jorge Vergara para su equipo, que todavía no le agarra el modo a la cancha sintética y por instantes se nota más visitante que el rival. Los altos costos de las entradas han alejado a los aficionados rojiblancos del estadio y ni siquiera una de las más recientes rivalidades del conjunto tapatío fue capaz de combatir las medidas económicas del dueño, Jorge Vergara, quien busca recurar pronto lo invertido en el lugar.
Reforzado con mayor cantidad de caucho, por aquello de los fuertes impactos en la superficie de séptima generación, el terreno de juego fue hostil para el futbol de ambos equipos, que no dejaron de intentar el toque al que están acostumbrados, sin lograr llevarlo a cabo al cien por ciento. Los botes altos y los cambios de velocidad que toma el esférico en esta superficie impidieron el aburrimiento de los valientes en las tribunas.
Contra todo eso tuvieron que luchar Chivas y Pumas, además de las carencias futbolísticas (sobre todo al ataque), que de por sí arrastran por el inicio del torneo, que pronto dejará de ser un pretexto ideal, para convertirse en una pesadilla si no consiguen resultados.
Penosa la actitud del árbitro Jorge Gasso hacia Adolfo Bautista, la gran víctima de la noche. El silbante no dejó utilizar el cabalístico guante rojo que gusta vestir al Bofo y se cansó de atenderlo durante toda la tarde. Enloquecido por el duelo con Gasso, el mediocampista del Guadalajara se olvidó de jugar y dejó a la deriva los planes del técnico José Luis Real, quien lo necesita más metido en las acciones del encuentro que en discusiones con terceros.
Las Chivas tuvieron la oportunidad de llevarse el encuentro en los botines de Omar Bravo —más preocupado por pelearse con los zagueros felinos que por jugar—, pero el remate de volea del rojiblanco fue directamente a la colocación del meta Sergio Bernal, quien metió fuerte las manos para desviar el balón a zona de menos compromiso, todo esto al minuto 64.
Los Pumas también tuvieron su chance de llevarse los tres puntos del Omnilife y cortar la racha de no ganarle a las Chivas (82’) en su casa, pero el volante Jehú Chiapas echó mucha confianza a la jugada y reventó su remate sólo ante Luis Michel y lo mandó a las tribunas, a pesar del buen servicio de Óscar Rojas, quien lo dejó sin marca de cara a la portería rival.
Así se fue el juego y la alegría con la que la afición de ambos equipos llegó a un inmueble que no lució el lleno que se esperaba por los elevados costos de las entradas. Los seguidores del Guadalajara han decidido castigar a su equipo hasta tener entradas más accesibles y por momentos, hasta se sintió que los seguidores de los Pumas eran más, o al menos más ruidosos, también un poco más tranquilos con el resultado, luego de que su equipo logró su primer punto como visitante en el torneo y a pesar de que tendrán que esperar otro año para ver si pueden al fin, derrotar a las Chivas en su casa.
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