Cd. de México.-
Hirving Lozano llegó a la tienda Liverpool escoltado por cuatro elementos de seguridad y dos más de la tienda departamental. No dice una palabra y sólo se remite a dirigir una sonrisa a los aficionados que lo esperan y lo corean.
Tiene dos pendientes que aclarar: su asistencia a la Copa Oro que está en duda por una lesión y si fichará con otro club europeo. Pero Lozano no hace el intento por aclarar ninguna de las interrogantes.
No emitió declaración en la firma de autógrafos a la que acudió y cualquier intento de la prensa por tratar de acercarse era repelido.
Puso su rúbrica en más de 200 artículos por espacio de dos horas, pero no estuvo en sus planes responder a la prensa. La respuesta de si su lesión en la rodilla derecha, por la que acudió con un bastón a su llegada a México, le permitirá jugar la Copa Oro sigue siendo una incógnita.