Las clavadistas mexicanas, esperanza de medalla para la delegación azteca en Beijing, no pudieron redondear la bunea actuación que habían estado presentando en las rondas preliminares y quedaron fuera del medallero en la final del trampolín de 10 metros.
Paola Espinoza y Tatiana Ortiz se ubicaron el el cuarto y quinto lugar respectivamente en una prueba donde tuvieron la oportunidad de quedarse con un metal, sin embargo fueron traicionadas por los nervios.
En el caso de Paola la clave de su derrota fue al momento de ejecutar lo que se pensaba era su mejor clavado, el salto de 3 y media vueltas inversas en posición C, mismo que realizó de manera deficiente.
Su entrenadora, Ma Jin, anticipó hace dos días que ese clavado era el clave, si lo hacía bien estaría en el podio, porque ganaría en confianza. Pero lo falló.
Espinoza no pudo ejecutar su salto de 3.4 grados de dificultad con la calidad que requiere una final olímpica y apenas logró sumar 68 unidades, lo que la relegó al cuarto lugar.
En lo que fue su tercera ejecución, Paola no tuvo la suficiente altura, no sujetó de manera correcta las rodillas y no consiguió la vertical en su entrada.
En sus dos primeros clavados, Paola se mantuvo en la pelea por las preseas pero no pudo mantener la constancia.
Por su parte, Tatiana Ortiz se finalizó la competencia en la quinta posición.
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