México, D.F. / Dic. 4
Un monstruo de perfil bajo. Es La Máquina que Galindo advirtió, una bestia que no asusta, simplemente abre las fauces y traga. Así se comió a Pumas, así devoró este miércoles al potro (3-1). Así lleva ventaja a Cancún en la semifinal y así buscará llegar a su segunda final del año.
La arenga llegó directamente de voz del “jogo bonito”. Luis Duarte, un preparador físico convertido en Miguel Ángel Cornejo. El profesor brasileño reunió a los indiscutibles azules en el gusano previo al campo y les gritó de todo. “¡A ganar, a ganar, a ganar!” Una sacudida eléctrica para que el celeste saliera a dejar las piernas sobre la grama.
Y Cruz Azul recordó que era Máquina. Y que mejor si la remembranza se acompañaba de una manita del señor de la bandera, José Luis Camargo, que cambió su segundo apellido –Callado– por bocón para cruzar a Francisco Chacón, en un centro en el que Gerardo Lugo terminó de sentón en el área. Penalti. De ira para Alejandro Burillo, dueño de los Potros y no se diga para José Antonio García. Insultante para “El Profe” José Guadalupe Cruz desbocado contra Camargo Callado.
Quién se acuerda del miedo del 11. Sabah golpea con goles su desafortunada declaración. Por eso celebró de frente a la “Sangre”, con el puño en alto, como si les recordara “Aquí estoy”.
De vuelta para el heroísmo. Acompañado en cada rincón por el renovado espíritu de casa. Ese que dejó entrar al campo a Lugo en motocicleta, a Torrado con un martillo en los botines y a Villaluz con un par de tanques de oxigeno. Ese que marcó al potro con fuego al rojo vivo y el 2-0 de Lugo.
El problema de domar a un pura sangre está en que cuando parece listo para ensillar aún le queda relincho. El Profe ha madurado y no se lo piensa. Este miércoles de inmediato ajusto en el primer lapso, dos cambios. Zaz, incluido el de Giancarlo como acompañante de Rey el canguro.
Y desde la cabecera sur seguir el casi olvidado “¡Atlante, Atlante, ra, ra, ra!” Entonces terminó la media hora azul. El potro recurrió a su repertorio místico. Christian Bermúdez, sí, el llamado hobbit se acordó que, pequeño, es un demonio que se escurre y centra. Así Rey anota. Descuento, sólo uno de diferencia. Uno porque Vilar porta con dignidad unas rayas que hacen recordar al Supermán Marín celeste, y salva a los azulgrana de un remate del renovado Sabah.
Sí, a Federico sólo le falta antifaz y capa. Paladín del arco que para balones con el escudo de su pecho, que igual sale jugando con la redonda casi hasta medio campo, o incluso se contorciona, ataja con la espalda un rechace del poste a disparo de Villaluz, y luego salva fortuito una vez más, apoyado en una chilena de su zaga.
Porque si en el primer tiempo Cruz Azul tuvo opción del tercero, en el complemento acarició la suerte hasta el poste incluso para terminar con un marcador de escándalo.
Atlante no renunció al músculo. Retó al azul al contrataque, se lanzó contra Yosgart y se cansó de filtrar balones a Rey, a Pereyra, pero siempre resultaron más veloces que las piernas de los artilleros.
Ahí se partió el partido. Dos ataques, dos defensas, nadie volantea. Viajes largos, de arco a arco. De posibilidad azulgrana, de respuesta mortal celeste. Así se impuso la casa, con Jaime Lozano y su parado al estilo Cristiano Ronaldo, y un balón con efecto, lejos del paladín azulgrana (3-1).
Atlante terminó abanicado, con el cemento encima y Vilar, siempre Vilar, y el guante listo para mantenerlos con algo.
Es el Cruz Azul 2008. Un monstruo de perfil bajo. Maquilado por Galindo, una bestia que no asusta, simplemente traga por igual Potros que Pumas, aunque aún le falte una visita a Cancún. Habrá que ver si en su menú incluye un hipocampo.
Discussion about this post