México, D.F. / Abril 22.-
Si de finales se trata Cruz Azul tiembla, más si lo que se juega es el partido de ida.
De 20 años a la fecha La Máquina ha disputado siete finales (seis de Liga y una de Libertadores) y sólo ha podido ganar en una el primer duelo, para a la postre coronarse; de las seis restantes, en cuatro perdió dicho encuentro y lo empató las otras dos, lo que le arrojó una serie de bochornosos subcampeonatos.
De ahí la importancia del juego de ida de la final de la Concachampions para los cementeros, esta noche en el estadio Azul ante el Atlante. Según las estadísticas, las opciones celestes se reducen a ganar; sólo así, Cruz Azul pudo ser campeón en una de las siete finales disputadas en las recientes dos décadas. Aquella del Invierno 1997 en la que venció al León 1-0 en la ida, para en la vuelta sacar el empate a uno y coronarse.
Fuera de esa ocasión, no hay más logros. Disputó las finales de los torneos de Clausura y Apertura 2008 y en ambas cayó en la ida: 1-2 ante Santos y 0-2 contra Toluca, respectivamente, algo que pone en alerta a los integrantes cruzazulinos.
“Hay una situación muy clara. Es el tercer partido de ida que nos toca y las tres ocasiones, contando ésta, nos toca jugar en casa y en las dos anteriores, el resultado no fue el esperado, el equipo peleó y demostró que tenía la capacidad para ser campeón, pero me parece que el aprendizaje dice que tenemos que sacar un buen resultado ahora sí”, dijo Joaquín Beltrán, quien sabe que no se pueden permitir un nuevo tropiezo.
César Villaluz comparte la exigencia del central cementero. “Las dos finales pasadas siempre salimos abajo en el marcador en la ida, ahora hay que tratar de sacar una ventaja, porque será muy importante para poder conseguir ese campeonato en Cancún”.
La lista de fracasos se engrosa si se cuenta el Invierno 1999, cuando en la ida en Pachuca, La Máquina sólo empató 2-2 y en la vuelta, en el Azul, cayó por la mínima diferencia.
En 1994-95 la historia se repitió con un empate en la ida, ahora 1-1 ante Necaxa, para luego caer en la vuelta 2-0. El lastre viene desde 1988-89, cuando sucumbió 3-2 en la ida ante América y en la vuelta el empate a dos coronó a las Águilas.
Enfrente, Atlante tampoco vive de dulces. De hecho, los Potros en la Liga marchan en el lugar 15 y apenas tienen un punto más que Cruz Azul, que es colero general junto con Tigres y Necaxa, que tienen 12 puntos.
Ambos equipos están prácticamente fuera de la lucha por la Liguilla y enfocan su redención en el campeonato de la Concacaf, que da un consuelo nada despreciable: un lugar para el Mundial de Clubes a celebrarse en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.
Atlante tiene la onza del equipo gitano. La oportunidad para extender su peregrinar hasta el continente asiático.
En Cruz Azul, el punto de ebullición está al máximo. Su directiva y afición están exhaustas de subcampeonatos, temerosas de ser tri-subcampeones si pierden su tercera final al hilo, y hoy es el peligroso juego de ida.
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