Monterrey, N.L. / Octubre 28.-
Ya no hay más discusiones, el mejor equipo del Apertura 2010 es el Cruz Azul. Es un Superlíder que fue a meterse a una de las canchas más difíciles de México para vapulear y bailar al entonces invicto Monterrey por 4-2 y, de paso, terminar con otro de sus fantasmas.
La Máquina se ha dedicado en este torneo a eliminar cada uno de los espíritus perdedores que la han atormentado a lo largo de los últimos años, para demostrarle a su afición que pita fuerte y comienza a ser un más que serio aspirante a conseguir su primer título en 13 años.
Primero, venció al América después de siete años sin conseguirlo; siguió con Santos, equipo al que no derrotaba desde hace cuatro; esta noche venció a Rayados tras confirmar la victoria después de verse arriba tres a uno, la misma ventaja, en el mismo escenario, que tuvo en la final del Apertura 2009 y que terminó perdiendo tanto el partido como el título.
Los cementeros avasallaron a Rayados en el Tecnológico, recinto que hasta entonces había cedido un empate en seis partidos, para terminar con cualquier tipo de debate acerca de quién merece ser considerado el máximo contendiente al título de este torneo. Esa etiqueta es celeste y ya no caben discusiones, después de ver el partido de esta noche que se llevó a cabo al pie del Cerro de la Silla.
Fue un héroe inesperado para los cruzazulinos. César Villaluz se encargó de hacer dos goles clave para que la visita se robara los tres puntos de Monterrey y demostrara que la clasificación prematura de su escuadra no fue casual, sino de un esfuerzo colectivo que ha dejado en claro, después de 14 fechas, que los cementeros quieren que se queden atrás épocas de derrota.
Dos minutos bastaron para que Cruz Azul comenzara a imponer autoridad en tierras regiomontanas y dejara al torneo mexicano sin imbatibles.
El equipo de Víctor Manuel Vucetich quedó impávido ante la sorpresa de ver a Alejandro Castro y Villaluz de inicio. Enrique Meza dio cátedra de cómo asombrar al rival con dos movimientos que fueron claves en lo que fue el trámite del juego y el resultado final.
Castro dejó al 31 boquiabierta a la afición de Monterrey y también a Jonathan Orozco con un zurdazo impresionante, que fue a pegarle al travesaño para picar dentro de la portería y poner diferencias en el marcador. El azul comenzó, entonces, a deslumbrar a Rayados con un toque de balón que los mareó hasta el hartazgo y les dejó sin mayor reacción.
El tiqui-taca cementero opacó la intensidad de los locales. Humberto Suazo se quedaba sin opciones de gol, porque Walter Ayoví, Neri Cardozo y Luis Ernesto Pérez no tenían balones a modo.
Llegó Villaluz para el 2-0 con tiro cruzado al 33. Aldo de Nigris descontó, pero Emanuel Villa, con un cabezazo sólido colocó el 1-3, antes del descanso. El reto entonces para Cruz Azul se trataba de ahuyentar el fantasma de la final de hace un año…
…Y lo lograron, justo cuando el autogol de Gonzalo Pineda acortó distancias al 53. Sólo tres minutos más tarde, el delantero celeste y campeón del mundo Sub-17 puso cifras definitivas, con un derechazo que se anidó en la cabaña de Orozco.
Monterrey no pudo conservar su invicto; el Tecnológico quedó como pocas veces en silencio, tras ver el baile celeste al que era sometido su equipo.
Cruz Azul es líder de su grupo, del torneo, el que más goles ha metido, el que mejor juega, el que acaba con los invictos y asesina a sus propios fantasmas. No le espanta el superliderato… le queda acabar con esa maldición y la del subcampeonato. La Liguilla le espera impaciente.
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