En el país de platos tan sofisticados como el pato laqueado o los “tallarines del otro lado del puente”, la medalla de oro parece que sabe mal.
Nadie esperaba que una medalla que está hecha de cobre y jade sepa como las “xiaolong bao” (empanadillas de carne) o la “suancai ya”, una sopa de verdura escabechada y pescado de Sichuan, tierra de paso hacia el Tibet conocida por el ardiente picante de sus platos.
Se creía, por el contrario, que los títulos dejan siempre “un buen sabor de boca”, como suele decirse.
Ha tenido que venir el chino Liang Huo, campeón con su compatriota Yue Lin en saltos sincronizados, para exponer todo lo contrario.
“La medalla de oro, cuando la mordemos, no tiene muy buen sabor”, dijo Huo, de 18 años, cuya dedicación a este deporte, que empezó a practicar a la edad de 9 años en Shanghai, le exige entrenar siete horas diarias.
Las medallas saben todas mal, a metálico, obviamente, y eso Huo lo sabe porque está acostumbrado a “morder” medallas, ya que ha sido campeón mundial (2007) y sumado otros 19 títulos en distintas pruebas internacionales.
Cuando Beijing 2008 estudió la composición de las medallas, seguramente nunca pensó que las innovaciones que buscaba incluyeran un sabor a caramelo, a “zuixiang ruge” (gambas frías empanadas) o a “shengchou huang cuipi ruge” (pichón crujiente en salsa de soja).
Se afanó en presentar unas medallas novedosas, fabricadas en cobre chileno de las minas “La Escondida” y “Espence” y australiano y con incrustaciones de jade, la piedra preciosa que en la cultura del país representa el honor y la virtud.
La medalla de oro lleva una incrustación de jade blanco, la de plata una del más común jade verde claro, y la incrustación de la medalla de bronce es de jade verde oscuro.
Fabricadas por la Corporación de Impresión de Billetes y Acuñación de Monedas de China, en Shanghai, las medallas, con un peso de 150 gramos, representan una combinación de la cultura china y el espíritu olímpico.
Su reverso muestra el tradicional espíritu olímpico (los cinco aros olímpicos), mientras que el anverso, con el logotipo de Beijing 2008 en el centro, tendrá tres circunferencias concéntricas, de las que la intermedia es de jade.
La parte superior de la medalla, la que sirve para unirla con la cinta, está formada por dos dragones, animal mitológico chino por excelencia, y representa la armonía.
Los objetos de jade, la piedra de la creación para los mayas, tenían (y tienen) fama de amuletos que atraen la suerte. Jade denomina dos minerales, jadeíta y nefrita, los más comunes en China, país que no cuenta con las piedras preciosas más bonitas.
Este jade se encuentra en el valle del río Motagua en Guatemala, fuente de los colores más novedosos, como el Jade Arco Iris, el Jade negro y el Oro galáctico, que es un jade negro con incrustaciones naturales de oro, plata y platino.
Tal vez este jade al estilo maya tenga un sabor “más rico” que el que probó Liang Huo.
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